El Coaching es un proceso mediante el cual desarrollamos nuestra consciencia y responsabilidad. El Coach nos acompaña en el desarrollo de los recursos que necesitamos para lograr nuestro objetivo, y descubre y crea junto a nosotros nuevas herramientas para mejorar nuestro desempeño en un área determinada. Con el Coaching, definimos objetivos, investigamos, generamos alternativas de acción, trazamos un plan, lo ejecutamos y evaluamos los resultados junto al Coach.

La terapia, por otro lado, es un proceso mediante el cual buscamos resolver los distintos problemas que encontramos en la vida. El terapeuta y el cliente sacan a flote e intervienen en los pensamientos, emociones, sentimientos, conocimientos y comportamientos que necesitamos expresar y observar. El terapeuta es un especialista en tratar los problemas psicológicos y de conducta, y su función es crear un espacio de confianza, libre de juicio, y en el que nos sintamos seguros.

Aunque terapia y Coaching son procesos distintos, cuando aprendemos a navegar entre ambos y emplear las herramientas de cada uno según necesiten las personas, facilitamos un proceso de autoconocimiento mucho más profundo y con el que llegamos mucho más lejos. Es por eso que el Coaching necesita de la terapia, para adentrarse en las raíces que sostienen el ser, y la terapia del Coaching, para proveernos de herramientas y trazar planes de futuro aquí y ahora.

Consideramos que el trabajo de un buen Coach no puede quedarse en lo meramente superficial, pues su labor se adentra naturalmente en las profundidades de la psique, y que es parte del buen hacer de un terapeuta poder acompañar a la persona en la gestión y consecución de sus planes para un futuro mejor. Por ello hemos desarrollado una disciplina que bebe de ambas fuentes y, de tal forma, amplía y potencia el rol del terapeuta-Coach para apoyar siempre de la mejor manera los procesos vitales de las personas con las que trabaja.