Limpieza holística: cómo limpiar todos tus cuerpos

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Si observo la limpieza de manera global, me doy cuenta de que es el leitmotiv de mi trabajo como terapeuta. Limpiar, en este sentido, significa poner atención sobre algo y cuidarlo y ordenarlo en función del resto de elementos, para que el conjunto nos proporcione bienestar y equilibrio. La limpieza holística es esa limpieza que no se queda únicamente en una de las partes sino que contempla el todo integrado que es el ser humano junto con su ambiente.

La limpieza es un elemento que está presente en nuestra vida a diario, no solo en nuestros hogares, sino también, y más importante, en nuestro interior. Limpiamos, ordenamos y reorganizamos constantemente a lo largo de nuestra vida; es una acción que nunca se acaba, y que cuando llevamos a cabo con conciencia, en lugar de desesperarnos, nos revitaliza.

Como naturópata, baso mi vida en uno de los pilares de la vida natural: primum non nocere; es decir, “lo primero es no hacer daño”. Es con la conciencia total de este principio que te invito a recorrer varios aspectos de lo que entendemos por estar limpio. Más allá de mantener a raya los gérmenes, bacterias y ácaros, quiero explorar todos los significados posibles, entrando en lo emocional y lo mental, y compartir contigo unas pautas sencillas, económicas y efectivas que te pueden ayudar a mantenerte verdaderamente limpio.

TU TERCERA PIEL: TU CASA

Igual no te lo habías planteado nunca antes, pero lo cierto es que limpiamos ensuciando.

Es solo ahora que estamos empezando a tener conciencia del innecesario cóctel tóxico que la mayoría de hogares tienen debajo del fregadero, por no hablar del arsenal de productos que llamamos paradójicamente “de higiene personal” que inundan nuestros cuartos de baño. Hay muchos estudios que evidencian el riesgo que todos los días asumimos tocando e inhalando estos productos.

A esto hay que añadir otros xenobióticos: sustancias ajenas o extrañas a los organismos vivos. Desde hace 50 años y debido al desarrollo industrial, aproximadamente 20.000 compuestos químicos por año son incorporados a los objetos que compramos, y vía inhalación o ingestión han pasado a formar parte de nuestros organismos. Son bioacumulables, nuestro metabolismo no los reconoce y a veces no puede excretarlos.

¿Cómo evitarlos? Muy fácil: usa el principio de precaución (primum non noncere) y, ante la duda, elimina todos los que puedas. Aquí te doy una serie de pautas que te pueden ayudar:

  • Ventila diariamente tu vivienda, es una de las medidas más efectivas para prevenir ácaros. Dejar que haya intercambio de aire con el exterior también permite que tóxicos como el nocivo formaldehído que emanan muchos objetos que compramos, salga de nuestras habitaciones, por no hablar del gas radón, un gas radiactivo altamente perjudicial que también eliminamos cuando abrimos las ventanas de nuestras casas.
  • Utiliza limpiadores ecológicos en lugar de los limpiadores más comunes: la lejía (hipoclorito sódico), el amoniaco y el salfumán (ácido clorhídrico) son irritantes y corrosivos. Sustitúyelos por vinagre (tiene propiedades desinfectantes), bicarbonato sódico, jabón natural, limón, bórax y aceites esenciales. Algunos aceites esenciales son excelentes desinfectantes, como el geranio, el enebro, el cedro, el tomillo y la lavanda.
  • Opta por pulverizadores manuales en vez de aerosoles. Si añades una mitad de agua, una mitad de vinagre y un poco de jabón natural y bicarbonato tendrás un excelente limpiador general.
  • Cuando compres muebles y aparatos electrónicos ventílalos todo el tiempo que te sea posible una vez desembalados. Y pon atención a la ventilación de tu casa en los días siguientes.
  • Para eliminar olores, usa aceites esenciales o bicarbonato. La gran mayoría de ambientadores son tóxicos. Lo más sensato es eliminar la fuente del olor que queremos enmascarar (lo limpio no huele), pero si no es posible, usa aceites esenciales o un recipiente con bicarbonato, que absorbe los olores. En la cocina puedes hervir agua con vinagre y clavo para eliminar el olor a pescado.
  • Utiliza otros remedios antes que los biocidas (insecticidas). Estos son uno de los productos que antes debes eliminar de tu casa; para convencerte de ello solo tienes que leer su etiqueta. Hay otras opciones: por ejemplo, para eliminar cucarachas puedes mezclar agua con azúcar y boráx (siempre teniendo cuidado con las mascotas y los niños pequeños).

CUERPO FÍSICO: LIMPIA TU INTESTINO

A la hora de abordar la limpieza de nuestro cuerpo físico, hay infinidad de remedios y acciones que podemos tomar. Voy a centrarme en una parte en concreto: nuestro intestino (solemos denominar así, sin más, al intestino grueso).

Alexis Carrel (biólogo, médico, investigador científico y Premio Nobel en 1912) mantenía que “la célula es inmortal y es el líquido en el que se baña el que la degenera”. Si renovamos este líquido de forma regular y aportamos a la célula el medio para limpiarse, el pulso de la vida se podrá prolongar indefinidamente. Una condición precisa para vivir es la eliminación de las toxinas”.

El buen funcionamiento del sistema de eliminación de las toxinas y desechos de nuestro cuerpo es vital. Pensemos en el caos que se produce cuando en una ciudad no funcionan los servicios de limpieza: las consecuencias son catastróficas, produciéndose intoxicaciones y riesgos epidémicos. En nuestro organismo ocurre lo mismo. Si nuestro servicio de limpieza no funciona bien, podemos tener problemas. Es particularmente importante reponer las colonias de lactobacterias en las siguientes circunstancias: cuando el aparato digestivo está debilitado, si se sufre estreñimiento crónico, o después de un tratamiento con antibióticos, que masacran a toda la flora intestinal amiga.

Mantener una flora intestinal con un adecuado equilibrio de pH en el colon es la misión de las lactobacterias (acidófilus y bífidus), también llamadas “bacterias amigas”. Mucho se habla de los bífidus en los yogures, pero una de las fuentes más ricas de lactobacterias es la col. Yo soy “fan” de la col. La col nutre y favorece el desarrollo de todo tipo de lactobacterias que están ya presentes en el tracto digestivo, impide el desarrollo de bacterias putrefactivas y disminuye el olor de las heces.

Hay muchas opciones para repoblar el intestino. Hoy quiero compartir contigo una de las que yo uso: la bebida Rejuvelac. Se trata de una bebida que puede prepararse fácilmente en casa y que está recomendada por diferentes autores especializados en alimentación cruda, como Robert Gray y la doctora Ann Wigmore.

Para preparar el Rejuvelac solo necesitas:

  • Agua de calidad. Es muy importante que no esté clorada del grifo porque mata las lactobacterias.
  • Col rizada (repollo) de agricultura ecológica. Si lavas las hojas para quitar restos de tierra, el agua debe ser sin cloro.

Pon en la batidora un poco más de 2 tazas y ½ (750 ml) de agua purificada y dos hojas grandes verdes de la col (del exterior, cuanto más verdes mejor). Lo trituras todo en la batidora. Si no tienes batidora, las picas muy finas. Vierte la mezcla en una jarra de cristal y tápala (sin que quede herméticamente cerrada, yo le pongo un paño de algodón). Déjala reposar 3 días a temperatura ambiente. Después cuela el líquido y tira los sedimentos de col.

Inmediatamente después, apartas 1 taza de Rejuvelac fresco para comenzar una nueva tanda de preparado, que es tan sencillo como volver a mezclar las dos hojas de col con 1 taza y ½ de agua purificada. Viértela en una jarra y añade la taza del zumo fresco de la primera tanda, entonces vuelves a triturar y dejas reposar el preparado 24 horas. Esta y todas las subsiguientes preparaciones requieren de una taza de agua menos que la preparación inicial y un solo día para fermentar, debido a la taza de Rejuvelac fermentado que se añade cada vez para comenzarla.

El resto, el que vas a beber a lo largo del día, se guarda en la nevera y se toma ½ taza tres veces al día, preferentemente con las comidas. Si no consumes el del día, debes tirarlo.

Esta sencilla bebida (que, por cierto, tiene un agradable sabor, al menos a mí me encanta) la incorporo a mis hábitos en otoño-invierno desde hace años, como medida preventiva que dispone mi organismo para transitar por los meses más fríos con más vitalidad y alejar alergias y bajones estacionales.

Te animo probarlo, es sencillo, económico y efectivo.

CUERPO MENTAL: ORDENA TUS PENSAMIENTOS

Otro de los cimientos de mi profesión son las Constelaciones Familiares. Esta dinámica tiene uno de los preceptos que más útiles me parecen para transitar nuestro día a día. Bert Hellinger, su creador, dice: “Primero el orden y luego el amor”.

Hellinger se refiere principalmente al orden en nuestro sistema familiar. Si no ocupamos nuestro lugar, ese que solo a nosotros nos corresponde, el amor no fluye.

Yo me sorprendo a veces ampliando este concepto, cuando siento que mis pensamientos no están ordenados, porque siento que en mí no fluye ni la serenidad, ni la calma, ni la concentración, ni la lucidez, y una de las maneras de “domesticar” esa mente saltarina y abarrotada de pensamientos es practicar habitualmente la meditación. Os comparto algo que practico en meditación desde hace años, las llamadas “premisas básicas”. Y uno de sus puntos me ayuda a mantener esa limpieza mental que tanto persigo. Estas premisas son ideas o visualizaciones que solo tienes que incorporar a tu meditación para poner en movimiento:

  • Yo soy equilibrio en acción. Cada uno tiene su particular visión del equilibrio. Yo cada día equilibro lo que siento que lo necesita. Mente, emoción o cualquier órgano.
  • Pido energía de purificación. A través de este principio me limpio, visualizando una energía que me recorre de arriba abajo y abriendo una especie de sumidero a mis pies por donde eliminar todo aquello que me sobra.
  • Abro mi canal a la luz. Observo la luz recorrer desde mi chakra raíz al de la corona.
  • Pido a mi vehículo superior que tome el mando de mis vehículos inferiores. El llamado “vehículo superior” para cada uno tiene un nombre, usa el que te resulte más cómodo y entrégale el mando.
  • Activo energía de protección. Tanto hacia dentro para protegerme de mis propias emociones o pensamientos, como hacia el exterior. Es una especie de escudo energético que protege sin separarnos de nosotros mismos y el entorno.
  • Igualo mi frecuencia con… Si voy a pasar consulta, con mi cliente; si voy a impartir un curso, con los alumnos; si tengo una reunión, con los que van a participar, también la igualo con la salud, con la alegría, con el equilibrio, con la lucidez…

Estamos compuestos de otros cuerpos, como el emocional, el energético o el espiritual, con la misma necesidad de limpieza, pero por hoy no voy a extenderme más; el exceso de información también “nos ensucia”.

¡Te deseo un limpio, preciso y precioso día!



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Codirectora del IVATENA

Isabel Llano Blanco

Naturópata. Especializada en Tóxicos Ambientales, Curso de Patología Ambiental en la UCM. Baño de vapor fitoterapéutico, Flores de Bach y facilitadora de Constelaciones Familiares. Acompañante en el PARA (Psico Neuro Endocrino Inmunología) organizado por la Fundación Salud. 

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