¿Qué hago con esta ira?

Entre las emociones que más perturban al ser humano encontramos la ira, un estado que en muchos casos nubla nuestra mente y nos lleva a actuar sin pensar.

Algo a tener en cuenta es que nunca estamos enfadados por lo que creemos, seguro que más de uno piensa que esta premisa no tiene ningún sentido, que si estoy en la cola del supermercado y alguien se me cuela me enfado justamente por eso, sólo eso y nada más. Pues bien, no somos sólo este instante y nada más. Lo que suscita ira en nosotros es una acumulación de hechos no resueltos, de interpretaciones de actos pasados que en un momento dado parecen explotar. Es como si al estar rebosantes como un vaso lleno de agua no pudiésemos soportar esa última gotita que hace que todo se derrame.

Por suerte la mayoría de las veces no nos dejamos arrastrar totalmente y no llevamos a la acción lo que nos está pidiendo a gritos nuestro cuerpo, ya que lo que el enfado máximo demanda es insultar, atacar o agredir al objeto que creemos que ha despertado esta emoción. Pero al reprimirnos tenemos otras consecuencias, puesto que nos convertimos en receptores de todo ese dolor.

Aunque controlarse en un momento así sea la mejor opción, el control de esta emoción no es lo que hará que mejore. Como siempre en cualquier ejercicio introspectivo lo primero es darse cuenta de qué está pasando, intentar ver por qué estoy tan enfadado/a. Hay muchas técnicas que me pueden ayudar a ir tirando del hilo, ver desde dónde viene este estado.

Tampoco podemos huir o camuflar lo que nos está pasando, la ira no es intrínsecamente mala, son las emociones las que nos hacen humanos y hay situaciones en que el enfado es un gran motor de arranque. Eso sí, para ser más dueño de uno mismo, hay que saber gestionar nuestras emociones, que no sean ellas las que nos dominen a nosotros. Aún más comenzar a identificar el pensamiento que genera el sentimiento.  Desde la perspectiva holística vemos como la ira mantenida en el tiempo afecta a nuestro físico, generando desequilibrios en los órganos y vísceras, contracturas musculares, bruxismo, etc.

Como consejo para poder empezar a descargar la ira que tenemos acumulada recomiendo el descontrol, eso sí, en un contexto seguro. Quiero decir, dejarse llevar por esta rabia y actuarla físicamente en un lugar en el que nadie pueda salir dañado. A esto se le llama catarsis, se puede hacer de muchos modos, desde golpear con cojines, salir a gritar al campo, hacer ejercicio físico intenso, meditar…. Pero es como la primera apertura de esa olla a presión que todos hemos sido en algún momento. Tras este paso nos sentiremos mucho más serenos y dueños de nosotros mismos.

Si deseas más información sobre este tema escribe a info@institutovalencianodeterapiasnaturales.com o llama al 960034119.

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NOTA IMPORTANTE

Ninguna terapia puede convertirse en sustituto del diagnóstico y tratamiento del médico o profesional de la salud cualificado. El Instituto Valenciano de Terapias Naturales ofrece alternativas complementarias y nunca sustitutivas y no se responsabiliza del uso o mal entendimiento de estas. 

En nuestro equipo todos los profesionales se mueven dentro de esta filosofía y jamás se exceden de sus funciones a la hora de trabajar con una persona, estando sus  técnicas dentro de la legalidad y atendiendo a las personas que hayan sido diagnosticadas previamente por un médico, advirtiendo que el programa de salud es un complemento y  que nunca sustituye a las normas establecidas por el profesional sanitario correspondiente.