Alimentarnos es algo que hacemos cada día, pero ¿cuántas veces somos conscientes de estar comiendo?

La alimentación consciente es un movimiento que reclama la importancia de estar presentes cuando comemos y en todo lo que se relaciona con la comida. Nos pide que nos observemos, aprendiendo a distinguir lo que es hambre emocional del hambre real. Nos recuerda que somos más que un cuerpo físico y que lo que comemos influye en nuestras emociones, al igual que nuestras emociones intervienen en cómo nos sienta la comida. Nos invita a llevar una vida coherente y alineada con nuestros valores, integrando también la alimentación en las decisiones que tomamos a diario.

Alimentarse conscientemente implica entender que la forma en la que nos alimentamos tiene repercusión en nuestra salud, en nuestra forma de comportarnos y relacionarnos con los demás e incluso en la forma en la que nos sentimos.

Una alimentación más saludable y coherente implica adaptarse a los ciclos de la naturaleza y a los ciclos propios de la persona, utilizando la alquimia en la cocina y, lo que es más importante, nuestra sabiduría interna.

Tomar el camino de la alimentación consciente implica elegir una vida más sana y comprometida.

En este artículo quiero hablarte en profundidad de lo que significa para mí la alimentación consciente y darte algunos consejos y ejercicios fáciles para que empieces a practicarla en tu vida.

Mucho más que alimentación consciente

Cuando pensamos en alimentación consciente solemos imaginarnos una comida en la que estamos muy presentes, saboreando cada bocado, respirando profundo, sin distracciones como la pantalla del móvil o incluso una conversación.

O puede que pensemos en ese instante en que decidimos no comernos la galleta y tomar, en su lugar, una pieza de fruta. O incluso en decidir comer la galleta con total consciencia de que no es lo más saludable, pero que en ese momento es lo mejor que podemos hacer.

Pero la alimentación consciente empieza mucho antes de todo eso. Tiene sus raíces en lo que hemos aprendido desde niños que es alimentarse, en las costumbres culturales y familiares, en nuestra relación con los demás y con nosotros mismos…

¿Por qué como lo que como? ¿Por qué a esas horas y no a otras? (¿Me sienta bien comer a las horas que como?) ¿Qué recuerdos me traen los platos que preparo o que me preparan? (¿Qué emociones busco sentir cuando como esos platos?) ¿Qué es normal comer aquí en España y no lo es en otras culturas, o en mi casa y no en las otras? (¿Por qué en China es aceptable comer perros y en España no? ¿Por qué en otros países no se comen a los cerdos?) ¿Por qué es normal tomar una copita de vino con la comida? ¿Por qué hay que desayunar tostadas o galletas y no un bol de arroz?

La alimentación consciente va más allá del acto de alimentarse: también tiene en cuenta los factores sociales, relacionales y ambientales. Para estar más felices y sanos, necesitamos cuidar de todos nuestros cuerpos, y por eso las emociones, los pensamientos y nuestra visión de la vida son importantes y no podemos dejarlos fuera del acto de comer. La coherencia en todos estos cuerpos es necesaria para nuestro bienestar.

Si me preocupo por el mundo y por las personas que viven en él, las decisiones que tome sobre mi alimentación van a poder estar en sintonía con esto o, en cambio, ser una fuente de contradicción interna. ¿Compro ecológico si tengo la posibilidad? ¿Elijo productos Fairtrade o de alguna manera certificados, que avalen el cuidado de las personas? ¿Escojo generalmente alimentos de temporada? ¿Evito envases de plástico en la medida de lo posible? ¿Es mi alimentación predominantemente vegetal?

Todo esto influye también en nuestra relación con la comida. En general, cuanto más alineadas estén nuestras acciones, pensamientos y sentimientos, más resilientes y saludables vamos a ser, y la desarmonía entre estos sistemas puede provocar nos desequilibremos a nivel físico y emocional. Esto es así con cualquier cuestión, no solo la comida, pero la comida es especialmente clave porque no dejamos de alimentarnos varias veces al día.

La alimentación consciente implica conocimiento

Siempre digo que para poder elegir lo mejor para nosotros, en base a nuestra sabiduría interna, tenemos primero que saber qué es lo mejor a grandes rasgos.

Al igual que no esperamos poder arreglar nuestro coche en base a la intuición si no sabemos nada de mecánica, ni tampoco nos sorprende que, siendo primerizos en el huerto, no tengamos una cosecha abundante los primeros años, de la misma forma es difícil que tomemos buenas decisiones en alimentación si no adquirimos unas bases teóricas elementales.

Después vendrán las particularidades de cada individuo (si tenemos un trastorno digestivo, por ejemplo, o intolerancia al gluten…) y todo lo que tiene que ver con el cuerpo emocional, que también influye en cómo nos alimentamos.

En este artículo no puedo darte todo el conocimiento que necesitas, pero sí puedo apuntar al menos en una dirección para que después sigas investigando tú mismo/a. Para empezar a comer de manera más saludable, te recomiendo estos recursos (webs, documentales y libros):

• Nutrition Facts, página web nutritionfacts.org/es/ o nutritionfacts.org para la versión en inglés, más actualizada. Nutrition Facts es un proyecto sin ánimo de lucro encabezado por el Dr. Greger. Él y su equipo revisan la última evidencia científica y publican cada día vídeos informativos sobre distintas cuestiones de nutrición y salud. En la web es posible realizar una búsqueda sobre todo tipo de alimentos y enfermedades y descubrir qué dice la ciencia al respecto. Es un servicio gratuito que se mantiene a base de donaciones.
• Comer para no morir: el papel de la alimentación en prevenir, detener y revertir nuestras 15 principales causas de muerte, charla del Dr Michael Greger en 2016. Disponible en Nutrition Facts.
• Forks over Knives, documental del 2011, “Tenedores sobre cuchillos” en español. Sobre el vínculo entre la dieta occidental moderna y las enfermedades derivadas de esta. Destaca el trabajo de T. Colin Campbell (El Estudio de China) y Dr. Caldwell Esselstyn (tratamiento de la enfermedad cardíaca).
• Center for Nutrition Studies: nutritionstudies.org/es/ (en castellano) nutritionstudies.org (en inglés). Centro educativo que imparte programas de nutrición basada en alimentos vegetales y proporciona recursos gratuitos sobre ciencia nutricional, entre ellos seminarios sobre todo tipo de temas de salud y alimentación: Centro de Estudios en Nutrición (Youtube).
• Campbell, Colin T. El estudio de China: el estudio más completo jamás realizado sobre nutrición, Ed. Sirio, 2013.
• Esselstyn, Dr. Caldwell B. Prevenir y revertir las enfermedades de corazón: cura revolucionaria, científicamente probada, basada en la nutrición, Gaia, 2013.
• Barnard, Dr. Neal. Acaba con la diabetes: un método científicamente demostrado para prevenir y controlar la diabetes sin medicamentos, Urano, 2019.

Además de estos, te recomiendo que investigues por tu cuenta, considerando puntos de vista que tal vez sean contradictorios. En materia de nutrición hay muchísima información y no toda ella es de buena calidad, está contrastada o refleja el estado actual de la investigación científica.

La confianza en unas u otras fuentes te la dará la experiencia, la mirada crítica, el haber investigado por ti mismo/a y lo que hayas experimentado con tu alimentación.

El conocimiento que adquieras tiene la capacidad de cambiar por completo tu vida. Una alimentación inadecuada no solo está relacionada con las enfermedades crónicas más comunes de nuestros tiempos, sino que también puede estar detrás de muchos trastornos emocionales. Se sabe desde hace décadas que el sistema digestivo y el cerebro están íntimamente ligados, y que una microbiota sana está involucrada en un descenso del estrés, la ansiedad y ciertas enfermedades mentales.

Si te planteas la alimentación consciente para perder peso, reducir la ansiedad, comer más despacio, evitar ciertos alimentos… debes saber que elegir mejor lo que comes va a ser muy importante para mejorar tu relación con la comida.

Ideas fáciles para que implementes la alimentación consciente

A continuación te voy a dar algunos tips sencillos para que empieces a observar tu alimentación, vivir más plenamente el acto de alimentarte y tomar decisiones que estén alineadas con tu salud y tus valores.

• Come más despacio. Si comes muy rápido, una buena manera de desacelerarte es poner los cubiertos sobre la mesa con cada bocado. Te invito, además, a que te preguntes: ¿Voy muy rápido en general en la vida? ¿Qué siento que me estoy perdiendo? ¿Estoy presente en lo que vivo o estoy constantemente proyectándome en el futuro?
• Pon lo saludable en primer lugar. Si te viene el antojo de comerte una galleta o un trozo de chocolate después de comer, antes de dejarte llevar por él coge la manzana o la naranja y cómetela entera. Si después de habértela comido, te sigue apeteciendo el chocolate, te lo comes. No se trata de reprimirse y de estar pensando todo el rato en ese alimento: no solo no funciona sino que es contraproducente. Si nos reprimimos demasiado, acabamos dándonos un atracón. Lo que nos interesa es introducir hábitos saludables, como comer más fruta, desplazando los menos saludables. Seguramente comas menos de los poco saludables si antes te has llenado con otro alimento lleno de fibra.
• Ejercita la gratitud. Antes de empezar a comer, detente un momento a apreciar todo el trabajo que ha hecho posible que esos alimentos están ahora en tu plato. Las personas que han vendido el alimento en el mercado, las que lo han sembrado y cosechado, las que lo han hecho llegar hasta tu ciudad… Y también todo el trabajo que hacen, a menudo sin que se lo reconozcamos, los demás seres vivos. Debemos mucho a muchas personas, plantas y animales, así que tomemos un instante para apreciarlo y para saborearlo.
• Saborea cada bocado como si estuvieras investigando lo que comes. Vas a descubrir que hay un montón de sabores y texturas que nunca antes habías percibido. Si haces este ejercicio con el antojo que te ha dado por galletas o helado vas a descubrir que tienes que parar mucho antes que si solo engulles sin saborear. Esto es así porque los alimentos con mucho azúcar, grasa y sal nos cansan rápido cuando estamos presentes para apreciarlos. Enseguida nos empachan o nos empalagan. Darnos cuenta nos permite comer menos y apreciar más lo que comamos.
• Obsérvate con atención. Quizá lo que a otros les sienta bien, a ti no. Presta atención a las digestiones y más tarde en cómo vas al baño después de ciertos alimentos. Si tienes una relación difícil con la comida y hay muchas cosas que no te van bien, considera hablar con un nutricionista. También puede ayudarte un psicólogo o terapeuta que te ayude a trabajar todos los aspectos emocionales que influyen en la alimentación (que son más de los que solemos pensar).
• Disfruta de la comida. A veces conviene recordar que la alimentación, además de algo que necesitamos hacer para sobrevivir, es también un placer. Mímate con alimentos que te nutren y son sabrosos, prepárate platos un poco elaborados de vez en cuando, aunque solo tú te los vayas a comer.

Si tuviera que elegir uno solo de ellos, te aconsejaría que practicaras la atención consciente. Si no estamos presentes en el acto de comer y lo que sucede alrededor de este, es imposible que podamos realizar algún cambio, vamos en automático y sin pensar; sin embargo, cuando estamos presentes es cuando se nos ofrece la oportunidad de tomar una decisión por nosotros mismos. Esto se aplica a la comida igual que a cualquier otro ámbito de nuestra vida.

Para más ideas y consejos para mejorar tu relación con la comida, te recomiendo el artículo en mi blog Aroa Fernández: ejercicios de alimentación consciente.

Conclusión

Si reflexionamos sobre nuestros hábitos, podemos darnos cuenta de que la forma en la que nos relacionamos con la comida es extensible a la relación que tenemos con el mundo y con nosotros mismos. ¿Cómo te relacionas tú con la comida? ¿Qué puedes hacer para mejorar este vínculo? ¿Crees que hay algo que puedas cambiar?

Te animo a que te formules preguntas, que te cuestiones, que te pares a pensar en cómo vives, en cómo te relaciones con el entorno, en tus limitaciones en la cocina, en cómo es tu alimentación… Si después de reflexionar al respecto ves que existen cosas que puedes cambiar, ¡a por ellas!

Elige una alimentación con la que conectes y que te haga sentir y vivir bien. Nadie sabe más de ti que tú mismo, así que investiga sobre lo que es mejor para ti, infórmate, fórmate y no dejes de buscarte.

Si quieres profundizar más en tu relación con la comida y adquirir los conocimientos que necesitas para cuidar tu alimentación, te invito a que conozcas la formación de Cocina vegetariana y saludable, una formación que te dotará de todas las herramientas necesarias para desenvolverte en la cocina, conocerte y reinventarte a través de la alimentación.

Y si quieres embarcarte en un profundo viaje de crecimiento personal en el que la alimentación es una de las claves fundamentales, la formación integral de Asesor en Nutrición Emocional y Alimentación Consciente te aportará una mirada holística y numerosas herramientas para trabajar tu cuerpo físico, mental, emocional y energético.

Sea cual sea tu camino, tanto si eliges recorrerlo solo/a como acompañado/a, espero que lo hagas con consciencia, amor y respeto en cada paso que des.