Crecer es un proceso natural, podemos observarlo en la naturaleza que nos rodea. Sería divertido presenciar como un árbol se resiste a dar frutos.

Nuestro proceso como almas conlleva esa misma certeza interior, darnos cuenta de que lo natural es que nuestra esencia y dones se muestren al mundo.

¿Que diferencia entonces un proceso duro de uno relativamente fácil?

Evidentemente el entorno, las circunstancias que rodean esa semilla, y si son un aporte rico o escaso en su evolución. En un principio parece que estar rodeados de las mejores circunstancias puede garantizarnos el Éxito.

Quiero compartiros ahora una anécdota personal de un día que paseaba, cerca de un campo de golf, un lugar bello. Aquel día había soplado fuerte el viento, muchos árboles habían caído al suelo irremediablemente. Fuertes, altos, robustos e imponentes árboles, así es como yo podía verlos desde mi perspectiva.

Entonces mi pareja me explicó que esos árboles se riegan varias veces a lo largo del día, así obtienen recursos fácilmente, crecen demasiado rápido, sin hacer el esfuerzo de desarrollar una base firme y segura a través de la profundidad de sus raíces.

Esta reflexión me acompañó el resto del camino, junto con el agradecimiento por los hechos de mi vida que me llevaron a desarrollar una raíces fuertes y seguras, una confianza interna, un enraizamiento que me hizo superarme, evolucionar y crecer. Puede ser que en ocasiones este crecimiento en estos casos sea casi imperceptible, pues toda esta transformación ocurre siempre en nuestro interior en primer lugar.

Sentirte confiado en tu verdad interna, tener coherencia entre lo que haces, lo que piensas y sientes, tener un sentimiento interno de Amor propio y confianza en la vida, son metas que te llevan a desarrollar esas raíces que sostendrán tu vida y tu propósito vital.

Cuando todo esto se produce es inevitable que tu árbol de frutos, pues la nutrición llega desde el interior y esos frutos dulces saben a Éxito.

Crezcamos florezcamos, atrevámonos a dar frutos y con ellos nutrir al mundo.

Aunque ahora ya sabemos que progresar en entornos duros es una buena opción, elijamos evolucionar también a través del aprendizaje, la diversión, la curiosidad y la risa.Acudir a un taller de Crecimiento personal es aprender a nutrirnos y dotar de herramientas la despensa de nuestra vida. Es apostar por desarrollar todas las partes de nuestro árbol , las internas y las externas.

Comenzar a escuchar el susurro de nuestra alma marcando el camino y convertirnos en el mejor árbol que nuestra semilla pueda ser.

Conócete y serás libre.