El amor es un sentimiento, que puede manifestarse de muchas  formas en nuestras vidas. Si nos referimos al amor de pareja, a veces ese amor se presenta a primera vista, con una atracción  inmediata y fuerte hacia otra persona, actuando como un  mecanismo de perpetuación de la especie; se manifiesta como un  impulso arrollador, que inunda por completo la vida de la persona  enamorada; pero mientras dura esa primera etapa del enamoramiento, en realidad no vemos a la otra persona tal como  es, sino que hacemos una proyección sobre ella de esa pareja ideal  que tenemos en mente: creemos que es alguien que nos hemos  inventado pero no vemos a quien realmente es.

Solo con el paso del tiempo el verdadero amor puede surgir,  como dice Bert Hellinger, “padre” de las constelaciones familiares, a  segunda vista, cuando se han superado esa primera etapa y se ha  comprendido la complejidad de las relaciones humanas.

A menudo, las dificultades actuales de las personas están  ligadas a sucesos no resueltos del pasado, como tragedias  familiares, secretos ocultos, patrones de conducta o exclusiones. El  amor a segunda vista implica mirar más allá de las apariencias  superficiales y profundizar en la comprensión de las historias  personales y familiares, tanto nuestras como de nuestra pareja.  Requiere paciencia, empatía y compromiso para reconciliar las  diferencias y superar las barreras emocionales que separan a las  personas.

En realidad se hace preciso ver a nuestra pareja tal como  es, no de una forma idealizada como si esa persona fuera un ser  perfecto, sino con sus virtudes y defectos, con sus luces y  sombras, con sus certezas y miedos, y ver también a todo sus  sistema familiar, ya que es como es gracias a tantos ancestros y  ancestras que le precedieron a lo largo de los siglos; es decir, solo  cuando se ve a esa persona tal y como es y la aceptamos con todo  lo que le rodea, sin pretender cambiar nada, nos encontramos ante  el verdadero amor, que respeta al máximo al otro y le permite ser  quien realmente es. En esas condiciones el amor puede fluir  libremente.

Profundiza en Constelaciones Familiares

Espero que estas líneas te hayan servido para la reflexión, a la vez que como invitación para profundizar todavía un poco más en tu propio proceso personal. Un camino que en ocasiones no es fácil, pero que siempre merece la pena.

Quienes conocen las Constelaciones saben que es una estupenda herramienta para impulsar el propio crecimiento y desarrollo personal. Nos ayudan a realizar esos movimientos de integración de forma rápida y profunda, llegando más lejos de lo que podríamos por nuestra cuenta. Es posible trabajar con nuestro sistema familiar tanto en sesión individual como en taller grupal, o realizar una exploración más profunda e intensa a través de la formación de Constelaciones Familiares, que además de ser todo un camino de crecimiento personal, también te capacita para ejercer como facilitador de constelaciones.

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