Si observas atentamente a las parejas que conoces, siempre es más fácil poner nuestra mirada en los otros, verás cuales son los hilos que con sus tira y afloja configuran su relación. Te darás cuenta que hay parejas en las que uno lleva claramente la batuta y el otro baila al son que se marca. Seguro que también conoces parejas que están en constante disonancia, totalmente desencajados y que asombrosamente siguen juntos año tras año en una convivencia totalmente desafinada de la que no saben o no quieren salir. También existen parejas en las que aparentemente todo encaja, pero si acercas tu mirada un poco lo que aflora es camaradería, cariño maternal o cordialidad, pero no hay ni rastro de esa complicidad chispeante que puede con todo. Hay otras parejas a las que quieres emular, que las tomas como modelo, porque ves claramente a dos adultos compartiendo en armonía pistas de despegue y aterrizaje y cuando se miran, ves que ellos no ven nada más alrededor.

Somos fruto de un movimiento que nos toma a su servicio para que la vida y nuestra especie se perpetúe, no perdamos esto de vista. Lo que nos impulsa a relacionarnos con una persona u otra, tiene mucho que ver con la historia de nuestra familia, solo cuando estamos en paz con aquello que recibimos nos podemos hacer adultos, y solo cuando estamos realmente en la energía del adulto, nos podemos relacionar con un igual, es decir con un hombre o una mujer, no con un niño o una niña que aún están demandando lo que cree que le corresponde y no le dieron.

Tanto si tienes pareja como si no y sientes que es un buen momento para ver cuáles son las dinámicas ocultas en tu historia personal que te impiden vivir la pareja como te gustaría te esperamos en esta Masterclass.

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