La medicina del estilo de vida: una nueva frontera de la salud

Nov 30, 2022

En la sociedad occidental moderna estamos viviendo una epidemia de enfermedades crónicas, lo que nos ha llevado en años recientes a considerar cuál es nuestra mejor opción para para prevenir e incluso tratar estas enfermedades, a las que también se ha llamado “enfermedades del estilo de vida”. Es necesario un abordaje distinto, centrado en las causas subyacentes a la enfermedad y en las acciones que puede tomar la persona para prevenirla, tratarla o revertirla, y es bajo esta premisa que nace la medicina del estilo de vida.

La medicina del estilo de vida no es algo nuevo, aunque el término en sí es reciente. Algunas de las ideas de la medicina del estilo de vida las encontramos ya en Hipócrates, padre de la medicina moderna, que decía en torno al año 500 a. C., “Si encontráramos el modo de que cada persona hiciera la cantidad correcta de ejercicio y recibiera el alimento necesario, ni en exceso ni en defecto, habríamos hallado el camino más seguro hacia la salud”.

En la época de Hipócrates, la recomendación no resultaba demasiado difícil de cumplir. Si acaso, era más habitual la carencia de alimento que el exceso de este, y la cantidad de ejercicio que debía realizarse era también fácil de alcanzar. Sin embargo, hoy en día las circunstancias de la vida moderna son muy diferentes a las de nuestros ancestros. Con la Revolución Industrial y el reemplazo de la mano de obra humana por máquinas, disminuyó la necesidad de hacer ejercicio físico y aumentó la disponibilidad de la comida, que cada vez era más densa a nivel calórico. También a partir de la Revolución Industrial se redujo considerablemente el tiempo de ocio, aumentó el estrés, se deshicieron muchos vínculos sociales, aparecieron nuevos tóxicos ambientales y nuevas drogas y fármacos…

Por suerte, también mejoró enormemente la medicina moderna gracias a los descubrimientos en bioquímica, el desarrollo de la cirugía, nuevas máquinas de detección y tratamiento, antibióticos, etc., que hicieron posible la curación de enfermedades que antes resultaban mortales. Y al mismo tiempo que se desarrollaban todos los nuevos campos de la medicina moderna, surgía también la necesidad de recuperar y ampliar las pautas saludables de estilo de vida en las que se basaba la medicina de la Antigüedad, lo que llevó al desarrollo paralelo de la Naturopatía.

 

Por tanto, teniendo en cuenta todos los cambios que hemos vivido, a las recomendaciones hipocráticas deberíamos sumar toda una nueva gama de sugerencias para preservar la salud: “no fumar, no comer demasiado, evitar alimentos altos en grasas, azúcar y sal, no beber demasiado alcohol ni consumir drogas en exceso, evitar la ansiedad y el estrés excesivo, mantenerse físicamente activo, tomar el sol moderadamente, dormir suficiente, hacer ejercicios de fuerza con regularidad…”

Son muchas recomendaciones nuevas, porque la sociedad y el estilo de vida han cambiado enormemente, y con ellas han aumentado también todos los problemas asociados a una vida sedentaria, una nutrición inadecuada y un ambiente de alta presión social y económica.

Se estima que en torno al 70% de las visitas de atención primaria están relacionadas con alguna enfermedad crónica y, por tanto, tienen una etiología de estilo de vida [1].

Es decir, siete de cada diez pacientes que acuden al médico podrian beneficiarse de implementar cambios en su estilo de vida para prevenir o tratar la enfermedad.

Esto nos indica que el potencial de mejora de la salud es enorme si introducimos los principios prácticos de la medicina de estilo de vida en hospitales, clínicas y todos los espacios en los que se trata con el bienestar de las personas, que incluyen consultas de terapias alternativas y holísticas.

Principios de la medicina del estilo de vida

Estos principios, establecidos en 2016 por la Sociedad Australiana de Medicina del Estilo de Vida, son los siguientes:

  1. Considerar las influencias del estilo de vida en las enfermedades crónicas.
  2. Considerar la obesidad (y otros factores de riesgo conocidos) como indicios de que es necesario una mayor observación del riesgo de enfermedades crónicas (pero no descartar a las personas que no tienen sobrepeso).
  3. Involucrar a las personas con enfermedades crónicas en cierto nivel de gestión de su propia salud.
  4. Adoptar un estilo de asesoramiento centrado en el cliente, ya sea en formato 1:1 o compartido, enfocado en aumentar la motivación, la eficacia y la alfabetización en salud.
  5. Proporcionar un entorno amigable, con participación de un equipo e información de salud comprensible.
  6. Considerar la nutrición, el ejercicio y el manejo del estrés como el núcleo del estilo de vida.
  7. No ignorar los factores sociales, económicos y ambientales subyacentes en las enfermedades crónicas.
  8. Considerar medidas de estilo de vida además de la terapia farmacológica o quirúrgica en pacientes con enfermedades de estilo de vida en etapa posterior.

La Medicina del estilo de vida es holística

Aunque los naturópatas y demás terapeutas no pertenezcamos a las profesiones de la salud, también nosotros podemos beneficiar enormemente a nuestros clientes si aplicamos estos principios y somos capaces de derivar a un profesional cualificado en cada uno de los campos. Por ejemplo, al detectar una alimentación poco saludable y una enfermedad que puede ser tratada con esta, como la diabetes tipo 2 o la enfermedad cardíaca, deberíamos poder dar unas pautas generales y referir a la persona a un nutricionista, pudiendo acompañarla también con fitoterapia, auriculoterapia, flores de Bach o cualquier otra de las herramientas de las que dispongamos.

La medicina del estilo de vida es holística, en el sentido de que trata al ser humano como un todo integrado, en el que una enfermedad determinada no se corresponde con un único factor sino con toda una gama de hábitos y circunstancias que la favorecen y, en muchos casos, se retroalimentan.

Dormir mal, por ejemplo, puede provocar fatiga; la fatiga, inactividad; la inactividad, una mala nutrición o comer en exceso; y todo esto puede exacerbar la obesidad y la depresión, lo que lleva al síndrome metabólico, diabetes tipo 2, problemas sexuales y del estado de ánimo, y posiblemente enfermedades del corazón. A la inversa, una mala nutrición, inactividad y el consumo excesivo de tabaco o alcohol pueden provocar malos hábitos de sueño o propensión a enfermedades que pueden hacer que el proceso sea cíclico. Los medicamentos pueden ayudar a controlar esto, pero también pueden, si se usan incorrectamente, tener efectos secundarios como aumento de peso y disfunción sexual. Los medicamentos antidepresivos pueden causar aumento de peso, lo que puede conducir a mayores trastornos psicológicos que la depresión original. Todo esto, los factores predisponentes, los determinantes, la enfermedad y el tratamiento, son parte de la medicina del estilo de vida.

Diferencias entre la medicina convencional y la medicina del estilo de vida

Veamos de qué manera se diferencian la medicina del estilo de vida de la medicina convencional:

  • La medicina convencional trata los factores de riesgo individual; el paciente es el receptor pasivo de los cuidados médicos; no se requiere que el paciente realice grandes cambios; el tratamiento suele ser a corto plazo; la responsabilidad es del médico; la medicación es el tratamiento “final”; el énfasis está en el diagnóstico y la prescripción; no se tiene demasiado en cuenta el ambiente; requiere de otras especialidades médicas; el médico actúa independientemente en una consulta individual.
  • La medicina de estilo de vida trata los factores de estilo de vida y del ambiente; el paciente está activo en su recuperación; se requiere a menudo que el paciente realice grandes cambios; el tratamiento suele ser a largo plazo; la responsabilidad no es solo del médico sino también del paciente; la medicación puede ser necesaria, pero el énfasis está puesto en el cambio de estilo de vida y ambiental; se tiene en cuenta el ambiente; están involucradas otros profesionales de la salud; el médico es parte de un equipo de profesionales de la salud.

Tratamiento de enfermedades crónicas con la medicina del estilo de vida

Entre los pilares de la medicina del estilo de vida encontramos la nutrición, el ejercicio físico, la gestión del estrés, el cuidado del entorno, los lazos sociales y el bienestar mental y emocional.

¿En qué enfermedades crónicas puede ayudarnos la medicina del estilo de vida?

Uno de los programas más antiguos y exitosos es el Programa de Medicina de Estilo de Vida de Ornish, desarrollado en los años 90, basado en cuatro pilares: una dieta basada en plantas y alimentos integrales, ejercicio moderado, herramientas de gestión del estrés y las emociones y el fortalecimiento de los vínculos sociales. El programa de Ornish ha resultado efectivo en el tratamiento y reversión de la enfermedad cardíaca,[2] cáncer de próstata de estadio temprano[3] y diabetes tipo 2.[4] Un 73% de los pacientes con síntomas depresivos los eliminaron en 12 semanas.[5] Esta intervención también ha resultado efectiva en la reducción de peso, colesterol y presión arterial.

Existen amplias evidencias científicas de que la nutrición juega un rol esencial en muchas enfermedades crónicas y que el ejercicio físico también tiene un papel fundamental; sin embargo, todavía hay pocos programas que apliquen todos o varios de los pilares de la medicina del estilo de vida, debido fundamentalmente a que es necesario contar con un equipo de expertos en cada una de estas áreas.

Y, sobre todo, necesitamos replantearnos la salud y el tratamiento de la enfermedad, de modo que, a la hora de abordar una enfermedad crónica, no sea ya un único médico sino un equipo especializado en cada uno de los aspectos que influyen en esta enfermedad: nutricionistas, profesionales del deporte, psicólogos y otros profesionales y terapeutas trabajando conjuntamente a favor de la salud de las personas.

Naturopatía y medicina del estilo de vida

La medicina del estilo de vida nos inspira y nos recuerda las raíces de la medicina moderna, los criterios naturistas, los siete principios de la Naturopatía entre los que se encuentra el famoso primum non nocere, “lo primero es no hacer daño”.

Como terapeutas y naturópatas, podemos proporcionar acompañamiento en varios de los pilares de la medicina del estilo de vida y aportar herramientas para que la persona pueda gestionar mejor los cambios en cualquier ámbito de su vida. El trabajo con el cambio de hábitos es uno de los pilares de la Naturopatía, que se estudia en la disciplina de Higienismo.

El acompañamiento en el cambio de hábitos se convierte en un factor fundamental para que la persona pueda hacer la transición a un estilo de vida saludable, y este acompañamiento necesita darse de forma individualizada, atendiendo a las necesidades y circunstancias de cada persona.

En la medicina del estilo de vida y la Naturopatía la palabra “paciente” ya no es la más adecuada. Un paciente es una persona que espera, que recibe, que sufre; el nuevo rol que se invita a adoptar a las personas que tienen una enfermedad es el de agentes de cambio, co-responsables de su propia salud y bienestar.

Si te interesa la Naturopatía y cómo puede acompañar en el tratamiento de las enfermedades crónicas y otros desequilibrios del estado de salud natural del organismo, te invitamos a que conozcas nuestra formación integral de Naturopatía. Esta es una formación completa, que abarca cuatro años y numerosas disciplinas, técnicas y terapias, además de proporcionar unas muy necesarias bases de fisiología y bioquímica humana. Es la formación que nosotras hubiéramos querido recibir cuando nos embarcamos en el estudio de las terapias naturales y holísticas.


Referencias

  1. Australian Institute of Health and Welfare, 2014. Australia’s Health 2014. Cat. no. AUS 178. Canberra. Australia’s Health Series No. 14.
  2. Ornish, Dean et al. «Intensive Lifestyle Changes for Reversal of Coronary Heart Disease». Journal of the American Medical Association, 1998, 280.
  3. Ornish, Dean et al. «Intensive lifestyle changes may affect the progression of prostate cancer». The Journal of Urology, 2005, 174.
  4. R. Pischke, Claudia et al. «Comparison of coronary risk factors and quality of life in coronary artery disease patients with versus without diabetes mellitus». AJC, 2006.
  5. R. Pischke, Claudia et al. «Lifestyle changes are related to reductions in depression in persons with elevated coronary risk factors». Psychology and Health, 2010.

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Nota Importante. Ninguna terapia puede convertirse en sustituto del diagnóstico y tratamiento del médico o profesional de la salud cualificado. El Instituto Valenciano de Terapias Naturales ofrece alternativas complementarias y nunca sustitutivas y no se responsabiliza del uso o mal entendimiento de estas. En nuestro equipo todos los profesionales se mueven dentro de esta filosofía y jamás se exceden de sus funciones a la hora de trabajar con una persona, estando sus técnicas dentro de la legalidad y atendiendo a las personas que hayan sido diagnosticadas previamente por un médico, advirtiendo que el programa de salud es un complemento y que nunca sustituye a las normas establecidas por el profesional sanitario correspondiente.

AROA FERNÁNDEZ FERRER

AROA FERNÁNDEZ FERRER

Codirectora del IVATENA

Codirectora del IVATENA. Naturópata higienista formada en distintas técnicas de desarrollo, mediación y crecimiento personal. Acompañante en procesos de cambio de hábitos y estilo de vida. Formadora especializada en alimentación energética y cocina saludable, vegana y vegetariana.

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