Desde hace ya unos años, mi vida social, no para. Esto es debido a que tengo una hija y un hijo en edades de seis y tres años respectivamente. Así que tengo una importante tarea de socialización. Nos apuntamos a cumpleaños, reuniones improvisadas, fiestas de pijamas y a muchas horas de parque. A mí el parque me gusta porque me gusta ver a las niñas y a los niños jugar con tanto entusiasmo. Además de que disfruto de ver a mis hijos pasarlo bien.
Como te he dicho tengo una vida social muy ajetreada porque además de llevar la de mis hijos también gestiona la mía propia. Mi agenda está llena de planes divertidos. Y cuando quedas con gente la pregunta habitual es: «¿qué tal te va la vida?», a la que yo, en cualquier otro momento hubiera respondido:» muy bien, gracias,¿ y a ti?»
Pero últimamente siento que no tengo ganas de ocultar la realidad de mi vida a nadie y simplemente contesto: «regular, no te voy a mentir, ¿qué tal tu?» A mucha gente le incomoda que le conteste la verdad, quizá porque sienten que tienen que fingir interés o preocupación y que necesitas que te den apoyo de algún tipo, y contestando la verdad cuando no es brillante les obligas a actuar y se ponen en guardia. A la mayoría lo que nos conviene es que todo el mundo diga: «bien, gracias», para no tener que intervenir y poder seguir con conversaciones banales y tranquilas. También nos conviene a nosotras mismas decir: «bien, gracias» porque así no te ves obligada a tener que dar explicaciones. Por tanto, entre unas cosas y otras convertimos la verdad en mentira o en una verdad a medias, le quitamos hierro al asunto y seguimos adelante.
La Importancia de la Verdad en Tiempos de Adversidad
Yo últimamente me sentía como una mentirosa, porque decía que todo iba bien cuando estaba atravesando una temporada muy mala. No quería incomodar, parecer débil o recibir miradas de pena. Ante esta situación decidí ser sincera y contar lo que me estaba ocurriendo.
Hoy vengo a contártelo a ti también. El año 2023 está siendo un año de sacar miedos, mirarlos y aprender a amarlos. Es un año que me obliga a salir de mi zona de confort y a expandirme más. En mi trabajo siempre enseño que la vida es un proceso de contracción y expansión. Una época mala trae consigo una buena. Aconsejo que no es conveniente acomodarse porque la expansión siempre llega a un límite y nuevamente viene una contracción que nos obliga a movernos. Para mí la vida es como el corazón con su movimiento constante de crecimiento.
La situación que me está llevando a este crecimiento, totalmente inesperado para mí, es que me detectaron un tumor en la glándula parótida en el mes de enero de 2023. Como sé que todo el mundo se va a imaginar que es un cáncer ya lo digo ahora: no, no es cáncer, y no, no temo por mi vida. Aun así he pasado meses difíciles y llenos de miedo hasta saber el diagnóstico.
Como sabes, soy maestra y lectora de registros akáshicos y puedo decir que mi habilidad y la conexión con mis guías de Luz me han salvado la vida. Gracias a que abro mis registros akáshicos cada día y estoy en constante comunicación con mis maestros, guías de luz y seres queridos, recibí el aviso.
Un día de diciembre de 2022 en mis prácticas diarias ellos me comunicaron: «tienes un bulto al lado de la oreja, ve al médico». Así que, pasadas las fiestas navideñas fui a mi médico de atención primaria y como te puedes imaginar, saltaron las alarmas. En enero de 2023 empecé a visitar médicos, a realizarme analíticas, a aprender a esperar resultados y a someterme a pruebas físicas un tanto incómodas.
Y así pase los primeros meses del año. Aunque yo ya sabía que tenía un bulto y que era un tumor, porque mis guías de luz fueron los que me advirtieron, no sabía si era un proceso de cáncer o no. No sentía que me fuera morir ahora, al menos por este motivo, pero el miedo empezó a aflorar en mi. Pensaba en mis hijos y ahí me atascaba, no podía salir de la tristeza y el terror a no verlos crecer.
Durante esos meses de montaña rusa emocional sentía un agradecimiento infinito a mis guías de luz por haberme avisado. Estuve unos meses sin apenas hablar con ellos pero un día tuve la necesidad de saber más sobre el tema. Así que abrí mis registros akáshicos y les pregunte. Ellos me indicaron que el tumor era fruto de un proceso emocional que arrastraba mi sistema familiar femenino desde hacía muchas generaciones. La emoción que había que sanar era la ira. Muchas mujeres habían sido maltratadas por los hombres y muchas de ellas habían fallecido a edades tempranas a causa de estos hechos. Esta ira, enfado y frustración estaba latente todavía en mi familia y era conveniente solucionarlo para poder avanzar. Pude ver imágenes, comunicarme con mis ancestras fallecidas y saber la historia de primera mano. Me dieron los datos suficientes para acceder a mi sanación y a la de la familia.
Como puedes ver mis guías de luz, me indicaron que el primer paso era la sanación emocional. De hecho en una de mis conversaciones con ellos, me dijeron: «este es un proceso de ira» . Ellos casi nunca me hablaron de la palabra tumor, solían utilizar más la palabra emoción.
Durante estos meses he abordado este proceso físico con medicina Integrativa, que me ha confirmado lo que mi guías me dijeron. Mi médica integrativa me dijo en una de las visitas: “Adelaida la glándula parótida está relacionada con el hígado por lo tanto, esto es un proceso de ira. Hay que eliminar toxinas del hígado antes de someterte a la operación.»
En este proceso estoy actualmente, limpiando mi cuerpo físico y afrontando las emociones que surgen. Emociones aprendidas, heredadas y otras creadas por mí. Agradezco infinitamente mi camino hasta el día de hoy y amo a mis guías de luz por iluminarlo. Esta experiencia me demuestra una vez más que los registros akáshicos pueden ser una herramienta muy útil en nuestra vida. Aseguro que mis guías de luz y mis seres queridos, así como los tuyos, apoyan nuestra sanación física y emocional y nos ofrecen ayuda.
Gracias a esta experiencia me siento amada, cuidada y protegida por el mundo espiritual y muy sostenida por la vida.
Ahora le cuento a la gente que estoy en este proceso físico y emocional y abrazo los consejos, la ayuda y la empatía.
Hoy te quiero contar que he salvado mi vida gracias a un diagnóstico precoz que vino desde mi registros akáshico. Te he contado siempre muchos beneficios de realizar la formación de registros akáshicos pero haberme librado de un cáncer creo que es sin duda, el mejor ejemplo que te puedo dar.
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Los registros akáshicos son una herramienta poderosa para cualquiera que busque respuestas y guía en su camino de vida. Si estás buscando una forma de profundizar en tu camino de crecimiento personal y espiritual, conectarte con tu verdadero propósito o encontrar respuestas a preguntas importantes, los registros akáshicos pueden ser exactamente lo que necesitas. Llevamos muchos años impartiendo la formación de registros akáshicos y estamos capacitadas para ofrecerte una experiencia auténtica y transformadora.
Es importante formar lectores capacitados y esto lo hacemos porque nuestra formación es teórica y práctica a partes iguales. Formando a lectores para acceder a los registros akáshicos y que han sido supervisadas por la Maestra en las prácticas en aula. Al elegir nuestra formación puedes estar seguro de que recibirás información precisa y de alta calidad.
La formación en registros akáshicos es una inversión en ti mismo y en tu desarrollo personal. Al aprender a acceder a los registros akáshicos, tendrás acceso a una fuente.
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ADELAIDA ENGUIX
Maestra de Registros Akáshicos
Máster Especialista en Coaching por el Instituto Europeo de Coaching. Capacitación Profesional por el Instituto Español de Bioneuroemoción. Maestría de Registros Akáshicos. Experta Facilitadora de Constelaciones Familiares por el Instituto Valenciano de Terapias Naturales de Valencia. Formación en Coaching Cuántico por la Escuela de Coaching Cuántico.
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