Naturalizando la sanación: un estado de consciencia

Mar 22, 2024

Para comprender lo que significa «naturalizar la sanación», debemos empezar quitando a la palabra «sanación» tantos significados que no son fieles a su naturaleza. La sanación ha de ser entendida como un estado de consciencia. Un estado de conciencia tan permanente como podría serlo; una forma de estar en el mundo, no solo un acto puntual. Hablo de esa faceta de la sanación que se irradia más que se ejecuta, porque lo importante no es lo que se hace concretamente, sino el nivel vibratorio en el que se hace.
Sabemos que el contacto con una vibración más alta puede inducir al paciente, por resonancia armónica, a vibrar en otra octava y que al vibrar más alto, el Ser se ajusta en su propio orden. Y esto sucede porque está en su potencial como capacidad instalada, como diría un ingeniero.
Sin embargo, decir que el «sanador irradia una vibración más alta» podría ser peligroso, algo así como un imán para el ego. Será parte del viaje de conciencia estar atentos al sentido que se le da y al posible hechizo que esto podría generar. Y como siempre el hechicero es el primer hechizado, entender la naturaleza del proceso que le permitirá ofrecer ese «servicio» será de gran ayuda.
Una de las preguntas más comunes, formuladas por los estudiantes con mayor o menor literalidad, es si se requiere alguna condición especial o cualidades extraordinarias para servir como sanador. Es importante despejar ese tipo de imaginarios para que se pueda comprender que nadie es especial, pero todos somos específicos, y que el proceso de cada uno tiene mucho que ver con descubrir cuál es su especificidad y afinarse en esa dirección.
Existe la creencia común de que hay percepciones «extrasensoriales», cuando en realidad toda la información entra en nuestro sistema a través de los sentidos. Sin embargo, es cierto que usamos una proporción muy pequeña de su espectro de registro potencial y que además cancelamos mucha de la información para no transgredir una especie de «acuerdo tácito colectivo» sobre lo que se puede percibir y nombrar como real versus lo que no. Entonces editamos la información como una forma de dar coherencia, aplanando así nuestra realidad perceptual.
La expansión de la conciencia va de la mano con la expansión de la percepción, con la posibilidad de autopercibirse y percibir toda la vida en múltiples dimensiones.
Durante la formación, el aspecto factual de un protocolo técnico, la habilidad concreta, puede aprenderse más o menos rápidamente y, si se quiere, sin que medie un proceso.
Ahora bien, para poder sostener tasas vibratorias que puedan inducir al paciente a desplegar su potencial, el sanador habrá tenido que pasar por una especie de entrenamiento y elongación de su campo energético. Este entrenamiento se basará en un profundo proceso personal, porque la afinación de su instrumento no ocurre sin proceso. La clave será el contacto al que sea capaz de entregarse, y ese contacto creciente generará registros multidimensionales (expansión de conciencia) también crecientes.
Y un buen proceso debería hacer de la multidimensión algo más que un concepto, permitiendo tocar lo revelador de concebirse como «cuerpocampo», sin que medie una fragmentación entre el cuerpo físico y el campo energético. Estamos constituidos por distintos grados de materialidad, en un continuo sin ruptura, siempre que la conciencia lo acompañe. Somos materia y onda al mismo tiempo. Nuestros pensamientos y emociones son energía y materia al mismo tiempo. Incluso el más sólido de nuestros tejidos físicos es materia y onda, hasta nuestros huesos están constituidos por átomos que «cantan su luz», o sea, que vibran.
Además, esa estructura física está entrelazada y cualificada por todas esas sustancias, que son más sutiles de lo que solíamos llamar materia. Realmente somos «cuerpocampos», cualquier intento de fragmentación es una maniobra intelectual que no respeta nuestra naturaleza holográfica.
Somos hologramas dentro de hologramas mayores… Y estos registros perceptuales necesariamente modifican nuestra tasa vibratoria, o tal vez sea más cierto decir que nos acercan a nuestra verdadera identidad vibratoria, en la medida en que neutralizan interferencias yoicas acercándonos progresivamente al Principio Unitivo en el que habita nuestro Ser. Si somos atravesados celularmente por esos registros, nuestra investigación, nuestra praxis y nuestra vida serán una misma cosa, porque sus efectos son irradiatorios y no discriminan áreas.
Solemos ver florecimientos en los procesos personales, hablamos de florecimiento porque al igual que ocurre en las plantas, no es lo mismo el crecimiento que la floración. Se requieren enfoques integrales para acompañar procesos de florecimiento, para poder acceder a sus múltiples dimensiones. Se hará evidente entonces que danzar, contemplar, ritualizar, jugar, reflexionar, circular contenidos en gestión grupal… y tantas otras, son vías solidarias para inspirar, estimular y contener procesos de evolución de la conciencia.
Como ejemplo claro, creo que todos hemos experimentado que un concepto alcanza su comprensión profunda y su acción vibratoria cuando se convierte en un «sensoconcepto», me refiero a esos encuentros entre una experiencia vivida intensamente y un concepto. Creo que son esos encuentros los que propician los «estados de insight», que son mucho más que un fenómeno asociativo mental, aunque lo incluyen. Me refiero a estados en los que cada célula destella un destello de conciencia. Estos estados requieren de un acompañamiento y contención que conciba muchas vías de acceso, formatos y lenguajes.
Porque los procesos humanos son políglotas y polimorfos. Entendemos el amor como una inteligencia que ordena en todas las dimensiones.
Si cultivamos la sospecha de que siempre hay más amor del que parece haber o del que podemos ver, la sanación es el camino por el cual esa sospecha se convierte en certeza.

INFORMACIÓN ESENCIAL DE LA ACTIVIDAD
El primer módulo de Introducción a la Sanación Energética tendrá lugar el viernes 19 de abril de 14:00 a 18:30, sábado 20 de abril de 9:30 a 18:30 y el domingo 21 de abril de 9:30 a 17:00.
Precio: 330 €
Facilita: Nora Rousseaux

 

Testimonios de los Alumnos

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