Somos candidatos a padecer el llamado Síndrome de Yaciente cuando en nuestra familia ha habido una pérdida de uno o varias personas y esta pérdida no se ha aceptado, quedando un duelo no resuelto o procesado.
A menudo estas pérdidas se desconocen porque han sucedido años atrás y son acontecimientos que no se quieren recordar incluso puede que se hayan ocultado.
Estas pérdidas quedan como información bloqueada que se traspasa en el árbol genealógico a un nuevo miembro de la familia.
Del árbol podemos heredar buenas y malas memorias, las buenas son cosas con las que vivimos y no causan ningún malestar o síntoma, sin embargo las malas memorias son esos dramas que vamos a ir reparando en nuestra vida, desde adicciones, miedos, enfermedades, depresiones.
Muchas otras veces la forma de reparar ese drama es trayendo al difunto de nuevo al clan familiar, esto lo hacemos de varias maneras.
O bien teniendo un niño cuyas fechas van a coincidir con el nacimiento o fallecimiento de la persona que faltó, o bien poniéndole el mismo nombre, a esto le llamamos hijo de reemplazo. En estos casos si la madre no puede tener más hijos, será la siguiente generación la encargada de reparar el drama. Por ejemplo en mi familia, yo soy yaciente de un tío mío que falleció siendo un niño, pero no sólo yo, también dos primos míos.
O bien, encontrando una pareja con las características del difunto que hemos de reparar o porque se llame igual o bien, de nuevo, con las fechas similares. También en mi familia hubo un fallecimiento de una adolescente, un primo mío se ha encargado de repararla, ha vuelto a traer a Marta y ahora con ella está casada.
Ser yaciente implica heredar información de este familiar difunto, esto genera una serie de síntomas muy característicos. Yo soy experta en detectar yacientes y a mi consulta vienen muchos de ellos.
Lo más característico es su aspecto, muchos de ellos muy pálidos y casi siempre vestidos de negro, o bien con ropas muy claras. Además de su apariencia lo significativo es la contradicción en su vida, por una parte tendrán ganas de vivir y disfrutar, pero encontrarán dentro de sí algo que los frena o que no les deja moverse. He tenido varios casos de adolescentes, encerrados en sus casas y como único vínculo externo el ordenador, no viven su vida, quedan atrapados a una red virtual donde desarrollan sus fantasías pero alejados de la realidad.
Otras características que presentan es la forma silenciosa de hablar, el tipo de música que escuchan, la tristeza o melancolía interna, los estudios o profesiones que eligen. Otro caso que tuve, en una familia todos los hermanos trabajaban reparando instrumentos de viento. No sabían muy bien por qué ya que no había músicos en la familia. Cuando indagaron en la historia familiar no encontraron uno sino tres niños fallecidos. Simbólicamente aire es vida, ellos ayudaban a dar vida a través de la reparación estos instrumentos.
Hay enfermedades que están relacionadas con este síndrome son la esclerosis múltiple, la diabetes, otras enfermedades de tipo de digestivo o respiratorio, Parkinson e hiperactividad entre otras. Otras circunstancias que provoca este síndrome es la soledad y el aislamiento.
El síndrome del yaciente es algo que cada día más personas entienden, quien tiene este tipo de información la reconoce.
Podríamos decir que es algo universal, que existe a nivel colectivo.
La información que podamos conseguir de nuestro árbol, resolver estas memorias, y permitir el procesamiento del duelo es lo que en terapia se realiza y que ayuda no sólo a prevenir enfermedades sino también a resolver conflictos y malestares vitales.
Purificación Piqueras Muñoz
Psicóloga
Acompañante en Bioneuroemoción y Psicosomática
www.psicoalternativas.com
Nota Importante. Ninguna terapia puede convertirse en sustituto del diagnóstico y tratamiento del médico o profesional de la salud cualificado. El Instituto Valenciano de Terapias Naturales ofrece alternativas complementarias y nunca sustitutivas y no se responsabiliza del uso o mal entendimiento de estas. En nuestro equipo todos los profesionales se mueven dentro de esta filosofía y jamás se exceden de sus funciones a la hora de trabajar con una persona, estando sus técnicas dentro de la legalidad y atendiendo a las personas que hayan sido diagnosticadas previamente por un médico, advirtiendo que el programa de salud es un complemento y que nunca sustituye a las normas establecidas por el profesional sanitario correspondiente.
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