Durante años he acompañado a mujeres que conviven con el dolor crónico, la inflamación constante y los altibajos emocionales que muchas veces trae la endometriosis. No es un camino fácil, pero sí hay formas de hacerlo más amable, más consciente y profundamente sanador. Y en ese camino, los remedios naturales pueden ser grandes aliados.

No hay fórmulas mágicas ni curas milagrosas —la endometriosis es compleja y multifactorial—, pero sí quiero compartir opciones naturales que ayudan a aliviar síntomas, equilibrar el sistema hormonal y reconectar con el cuerpo desde el cuidado profundo.

1. Alimentación antiinflamatoria: tu primera medicina

Lo que comemos influye directamente en cómo se expresa nuestro cuerpo. Una alimentación rica en alimentos frescos, integrales y antiinflamatorios puede reducir notablemente el dolor y la inflamación.

Mis recomendaciones básicas:

• Elimina o reduce el consumo de lácteos, gluten, azúcar refinado, alcohol y ultraprocesados.

• Apuesta por alimentos ricos en omega 3 (semillas de lino, chía, nueces, pescado azul).

• Incorpora cúrcuma, jengibre y canela: tres especias con gran poder antiinflamatorio.

• Aumenta la ingesta de vegetales de hoja verde, crucíferas (como el brócoli) y frutas ricas en antioxidantes.

Una receta que me encanta y recomiendo a menudo: caldo vegetal con jengibre, cúrcuma, ajo y shiitake, perfecto para los días de más dolor o bajón energético.

2. Fitoterapia: plantas que sostienen y equilibran

Las plantas medicinales han acompañado el ciclo femenino desde tiempos ancestrales. Algunas de las más útiles en casos de endometriosis son:

• Vitex agnus-castus (sauzgatillo): ayuda a regular los niveles hormonales, especialmente la progesterona.

• Dong quai: tradicional en la medicina china, mejora la circulación en la zona pélvica y equilibra las hormonas.

• Milenrama y caléndula: antiinflamatorias, emenagogas (favorecen la menstruación) y suavemente analgésicas.

• Ortiga verde: remineralizante, depurativa y rica en hierro, ideal para quienes sufren reglas abundantes.

Puedes tomarlas en infusión, tintura o cápsulas, siempre bajo el acompañamiento de un/a profesional de fitoterapia o naturopatía.

3. Aceites esenciales para aliviar el dolor

Los aceites esenciales son una herramienta maravillosa para el alivio sintomático, especialmente a nivel muscular, digestivo y emocional.

Los más útiles:

• Lavanda: calmante, relajante muscular y emocional.

• Salvia: ayuda a equilibrar los estrógenos.

• Manzanilla romana: ideal para el dolor abdominal y para momentos de ansiedad.

• Jengibre y mejorana: calientan, activan la circulación y reducen los espasmos.

Una opción eficaz: mezclar 2-3 gotas de aceite esencial en una cucharada de aceite vegetal (como el de almendras) y masajear la zona baja del abdomen con movimientos circulares.

4. Terapias complementarias que marcan la diferencia

• Acupuntura y moxibustión: regulan el sistema hormonal y reducen el dolor crónico.

• Reflexología podal: ayuda a desbloquear zonas relacionadas con el aparato reproductor.

• Terapias energéticas como Reiki o LNT®: trabajan la parte emocional y energética que muchas veces también está implicada.

• Yoga terapéutico y respiración consciente: no solo relajan, sino que permiten reconectar con un cuerpo que muchas veces sentimos como “enemigo”.

5. Apoyo emocional y escucha interna

La endometriosis no afecta solo al cuerpo. Muchas veces hay emociones enquistadas, frustraciones acumuladas y un cansancio profundo por no sentirnos comprendidas.

Por eso es tan importante encontrar espacios de escucha y expresión: terapia emocional, círculos de mujeres, escritura terapéutica, arte, movimiento… lo que sea que te ayude a liberar lo que llevas dentro.

La endometriosis no te define.
Es una parte de ti, sí, pero no eres solo eso. Puedes habitar tu cuerpo desde el amor, cuidarte con ternura y buscar lo que realmente te alivia. Escucha, experimenta, elige lo que resuene contigo y, sobre todo, no te rindas. La medicina natural no es una vía rápida, pero sí una ruta profunda hacia la reconexión contigo misma.