La fibromialgia es una de las enfermedades más comunes de dolor crónico generalizado, fatiga y sensibilidad en los músculos y articulaciones que se manifiesta en forma de brotes. Desde la Naturopatía y otras terapias naturales y holísticas, como el masaje terapéutico, la auriculoterapia o la nutrición ortomolecular, podemos ofrecer alivio para los síntomas y disminuir la recurrencia de los brotes. También los cambios en el estilo de vida, como el ejercicio aeróbico y una dieta saludable basada en plantas, van a ser fundamentales para mejorar nuestro estado de salud.
Esta enfermedad afecta a millones de personas, entre el 2% y el 4% de la población mundial y en España la sufren entre 900.000 y 1.600.000 personas. Entorno al 80% de ellas son mujeres. La aparición de los síntomas empieza sobre los 37 años y los más frecuentes son cansancio, dolores en todo el cuerpo, trastornos del sueño, mareos, menstruaciones muy dolorosas, ansiedad, depresión y problemas en la concentración y la memoria.
Junto con la fibromialgia suelen diagnosticarse otras enfermedades como el síndrome de fatiga crónica, cistitis intersticial, síndrome del intestino irritable, endometriosis, dolor crónico en la vulva o disfunción de la articulación temporomandibular.
En el siglo IV a.C Hipócrates hablaba de casos de dolor músculo esquelético difuso, pero no fue hasta 1904 cuando se definió la fibromialgia como entidad clínica. Gowers la nombró «fibrinolitis». Para llegar a un diagnóstico pasaron muchos años mas, y a finales del siglo XX se diagnosticó como neurastenia, reúma y trastorno psicosomático o endocrino.
Los criterios para diagnosticar la fibromialgia han sufrido modificaciones desde que se publicaron en un inicio por el Colegio Americano de Reumatología (ACR) en 1990, y en España no se reconoció la fibromialgia como una enfermedad hasta 1997, cuatro años más tarde que en la Organización Mundial de la Salud.
Actualmente se considera a la fibromialgia cada vez más como una enfermedad multifactorial, que puede tener su origen en un problema neurológico con afectación del sistema nervioso central y del sistema inmunitario. También se han detectado alteraciones neurobiológicas en el sistema nervioso, siendo comunes niveles bajos de serotonina, hormona relacionada con el sueño, la percepción del dolor, los dolores de cabeza y los cambios de humor.
En la medicina convencional la fibromialgia es considerada como una enfermedad crónica incurable, y es tratada habitualmente con analgésicos, antiinflamatorios, relajantes musculares y antidepresivos. Actualmente no existe una cura conocida para la fibromialgia, y se desconoce la causa exacta de su aparición, aunque las investigaciones apuntan a puede estar relacionada con una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida. Son muchas las investigaciones que cuentan los beneficios de la utilización de varios recursos naturales y cambios en hábitos diarios, que pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida general de las personas que lo sufren.
Cambios en el estilo de vida para la fibromialgia
La medicina naturista pone mucho énfasis en el cambio de hábitos y en equilibrar la energía del cuerpo para que por sí mismo pueda hacer frente a la enfermedad. Movernos más y fortalecer nuestro cuerpo, seguir una dieta saludable basada en plantas y meditar y realizar otras técnicas de relajación y gestión emocional son algunas de las recomendaciones clave para fortalecernos frente a la fibromialgia. Favorecer la recuperación del cuerpo es el punto más importante para empezar a paliar los síntomas de la fibromialgia.
Con la aparición de los síntomas, empezar a realizar cambios en el estilo de vida es algo que no siempre resulta fácil. Sin embargo, los beneficios que podemos percibir son potencialmente enormes, sobre todo si somos constantes en el cambio de hábitos.
Ejercicio físico
El ejercicio físico moderado, especialmente aeróbico, puede ayudar a controlar los síntomas de la fibromialgia al mejorar la fuerza muscular y la flexibilidad, reducir el dolor y la fatiga, además de mejorar el estado de ánimo general. Tener una mala condición física está directamente asociado con un aumento en la gravedad de los síntomas.
Puede que creamos que hacer ejercicio empeorará el dolor y el cansancio, pero lo cierto es que si empezamos despacio, respetando nuestra condición física, y aumentamos poco a poco la duración y la intensidad del ejercicio, los resultados nos van a sorprender positivamente.
Iremos paso a paso, empezando con unos pocos minutos al día de ejercicios aeróbicos de baja intensidad, hasta alcanzar entre 30 y 60 minutos de intensidad moderada. Por otra parte, haremos también ejercicios de fortalecimiento muscular, por ejemplo, de una a tres series de 8-11 ejercicios haciendo 8-10 repeticiones con una carga de 3 kg o el 45% máximo que puedas levantar. Lo ideal es que esta rutina esté pautada y supervisada por un profesional que pueda adaptarla a nuestras necesidades.
Hay disciplinas como el taichí, el chikung o el yoga que, gracias a sus movimientos precisos, lentos y circulares, actúan sobre los meridianos energéticos. Esto puede beneficiar a los pacientes con fibromialgia, reduciendo el dolor, mejorando el sueño y el estado de ánimo. Un estudio realizado en 2010 por el equipo del doctor Chenchen Wang en la Universidad Tufts concluyó que practicar taichí durante 12 semanas reducía el dolor y mejoraba el sueño y el estado de ánimo. Otros estudios han demostrado que el chikung, más basado en ejercicios de concentración y respiración, también alivia los síntomas.
Meditación
La meditación es una práctica holística que abarca tanto la mente como el cuerpo, ofreciendo una variedad de enfoques y técnicas que se centran principalmente en el silencio y la conciencia en el presente. Como herramienta terapéutica, la meditación presenta un potencial inmenso, ya que se ha asociado con mejoras positivas en diversos trastornos físicos y mentales. Además, se ha observado que fortalece el sistema inmunológico, lo cual brinda protección contra virus, bacterias y otros agentes patógenos. También ha demostrado ser beneficiosa para enfermedades crónicas relacionadas con el estilo de vida, como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes, ofreciendo mejoras notables en la salud.
De la misma manera que ayuda en todos estos trastornos, la meditación ha probado ser útil para tratar una gran variedad de síntomas de la fibromialgia.
La meditación puede ayudar a mejorar el estado de ánimo, reducir la ansiedad y fomentar una mayor sensación de bienestar emocional. Al practicar regularmente, disminuye la respuesta del cuerpo al estrés, lo que puede ayudar a reducir los síntomas de la fibromialgia. En el caso de problemas para conciliar el sueño, la práctica de la meditación antes de acostarse puede ayudar a calmar la mente, reducir la ansiedad y promover un estado de relajación que favorece un mejor descanso nocturno.
La práctica de meditación aumenta la conciencia corporal y la capacidad de sentirse cómodo en el momento presente. Al centrar la atención en la respiración o en una imagen mental durante la meditación, se puede desarrollar una mayor capacidad para tolerar el dolor. También puede disminuir el miedo al dolor futuro y, con la práctica, ayudar a transformar la sensación de dolor y hacerla más llevadera.
La meditación puede tener beneficios adicionales al alterar favorablemente la neurofisiología en pacientes con fibromialgia.
Respiración
Los ejercicios de respiración pueden ser beneficiosos para las personas que padecen fibromialgia, ya que ayudan a reducir el estrés, promover la relajación y aliviar la sensación de dolor.
Un ejercicio de respiración especialmente útil es la respiración diafragmática. Esta respiración se centra en llenar de aire el abdomen en lugar de los pulmones. Para relajarnos aún más, la exhalación tiene que ser el doble de larga que la inhalación.
Para realizarla, siéntate o acuéstate en una posición cómoda. Coloca una mano sobre tu abdomen y la otra sobre tu pecho. Respira lenta y profundamente por la nariz, sintiendo cómo tu abdomen se expande y se eleva mientras inhalas. Luego, exhala suavemente por la boca, sintiendo cómo tu abdomen se contrae. Enfócate en respirar profundamente desde tu diafragma en lugar de respirar superficialmente desde el pecho.
Las prácticas de respiración deben realizarse de manera cómoda y sin forzar. Podemos hacer este ejercicio varias veces al día, especialmente cuando sintamos estrés, ansiedad o dolor. Siempre es recomendable adaptar los ejercicios a nuestras necesidades y consultar con un terapeuta especializado para obtener recomendaciones personalizadas.
Alimentación para la fibromialgia
Los síntomas de la fibromialgia condicionan la forma en la que nos alimentamos. La aparición de sequedad bucal, acompañada de los trastornos gastrointestinales como la distensión abdominal, la diarrea, la pirosis, la disfagia, la aerofagia o el estreñimiento se deben de tener en cuenta a la hora de elegir qué alimentos elegimos en nuestra dieta.
Una de las principales claves para mejorar los síntomas de fibromialgia es llevar una dieta sana y variada, consumiendo preferiblemente alimentos vegetales sin procesar, con el aporte de los nutrientes necesarios (proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales), pero ¿cómo puedo llevar una dieta sana y equilibrada si tengo fibromialgia?
- Aumentando la ingesta de antioxidantes para aumentar el estrés oxidativo y así reducir la actividad de las enzimas antioxidantes. Las plantas contienen de media 64 veces más antioxidantes que los alimentos de origen animal, por lo que en una dieta antioxidante deben predominar frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, semillas y frutos secos.
- Llevar una dieta antiinflamatoria con un consumo mayor de alimentos de origen vegetal integral y evitando alimentos procesados, alimentos altos en grasas saturadas, carnes rojas, el azúcar y la cafeína.
- Eliminando las exotoxinas como el glutamato monosódico y aspartamo.
- Evitando las grasas trans: aceites parcialmente hidrogenados, margarina y manteca.
- Aumentando el consumo de alimentos ricos en ácidos grasos omega-3. Estos nutrientes los encontramos en pescados grasos como el salmón, las sardinas o la caballa o en fuentes vegetales como las semillas de lino y de chía (previamente molidas, puesto que enteras no se digieren), en nueces y semillas de cáñamo.
- Incrementando la ingesta de calcio. Para ello preferiremos alimentos de origen vegetal, que además son antiinflamatorios y antioxidantes. Las mejores fuentes de calcio vegetal son las verduras de hoja verde (espinaca, col kale, brócoli…), las legumbres (garbanzos, lentejas, alubias, habas…) las almendras, el tofu y las semillas de sésamo (previamente molidas o en forma de tahín, o no absorberemos el calcio).
Los cambios en la alimentación reducen la sensibilidad al dolor, ya que el dolor aparece como respuesta a la inflamación. Durante esta respuesta se activan los receptores del dolor y se produce una inflamación crónica que puede provocar dolor crónico, por la hipersensibilización prolongada al dolor. Por lo tanto, debemos revisar que alimentos provocan inflamación en nuestro cuerpo y empezar a consumir alimentos antiinflamatorios.
- Los componentes de alimentos y productos animales transformados, como las grasas saturadas, grasas trans y el colesterol son alimentos proinflamatorios.
- Los alimentos vegetales integrales, como la fibra y los fitonutrientes son alimentos antiinflamatorios.
El consumo de fibra vegetal concentrada en los vegetales integrales es fundamental no solo para reducir el riesgo de dolor abdominal, sino que también ayuda a la reducción del dolor muscular y de las articulaciones. Los ácidos grasos de cadena corta que fabrican nuestras bacterias buenas del intestino son antiinflamatorios. Tener muchas bacterias en nuestro colon que coman fibra es como llevar una fábrica de compuestos antiinflamatorios, pero para ello tenemos que consumir productos que alimenten estas bacterias; es decir, alimentos ricos en fibra.
En cuanto a los fitonutrientes, está comprobado que los polifenoles vegetales funcionan como sustancias antiinflamatorias. Algunos de los alimentos que contienen nutrientes contra el dolor son los frutos del bosque, las verduras, los cítricos, los frutos secos naturales, especias como la cúrcuma o el jengibre y el té verde.
Existen diferentes estudios que afirman que, con una alimentación estrictamente vegetal, rica en fruta y verdura fresca, cereales integrales y legumbres varias, frutos secos y semillas, se pueden reducir los niveles de proteína C-reativa un 33% en 3 semanas, que es un marcador sanguíneo de inflamación general. Otros estudios marcan la reducción en el dolor osteomuscular en 1 punto en una escala del 1-10, sobre todo cuando se está sufriendo el dolor con una alimentación alta en proteína y grasas animales, y el resultado con una alimentación vegetal baja a 3 puntos en la misma escala.
Aplicando este tipo de cambios en la alimentación podremos conseguir reducir las jaquecas, dismenorreas y otros síntomas premenstruales, además de la intensidad y duración del dolor menstrual.
Terapias naturales y holísticas para la fibromialgia
Existen numerosas terapias naturales para acompañar y mejorar las dolencias provocadas por la fibromialgia. Es frecuente la búsqueda de ayuda en estas terapias en las que se ofrecen diversos tratamientos individualizados y dirigidos a recuperar el equilibrio fisiológico y anímico. Entre las terapias que podemos encontrar actualmente se encuentra la nutrición ortomolecular, auriculopuntura y acupuntura, fitoterapia, hidroterapia, homeopatía, masajes, drenaje linfático y par biomagnético. Desde el Instituto Valenciano de Terapias Naturales queremos nombrar algunas terapias con las que trabajamos e impartimos formaciones en nuestro centro para poder ayudarte.
Nutrición ortomolecular: suplementos naturales
La nutrición ortomolecular es una rama de la Naturopatía que se enfoca en el uso de nutrientes en dosis óptimas para mantener y restaurar la salud. Algunos suplementos pueden ser beneficiosos para determinados síntomas habituales en la fibromialgia.
Ácidos grasos omega-3
El uso de suplementos de ácidos grasos omega-3 en forma de aceite de pescado o de microalgas puede tener hacer efecto positivo en un dolor leve, y además tener un efecto modulador que puede ayudar a tratar la depresión en algunos pacientes. La suplementación con omega-3 también ayuda a equilibrar el predominio de ácidos grasos omega-6 proinflamatorios.
La dosificación óptima de omega-3 en forma de aceite de pescado o de microalgas puede variar según diferentes factores, como la edad, el estado de salud, las necesidades individuales y las recomendaciones específicas de un profesional de la salud. La dosis recomendada de EPA y DHA en suplementos de aceite de pescado se estima en torno a 250-500 mg de EPA y DHA combinados. En el caso de un suplemento de microalgas, se estima en torno a 500-1000 mg al día de promedio. Estas cantidades varían mucho en función de las necesidades del individuo, así que es recomendable consultar con un médico para iniciar el tratamiento.
Precauciones: los ácidos grasos omega-3 inhiben la función de las plaquetas y deben suspenderse dos semanas antes de procedimientos quirúrgicos electivos. Se debe de usar con precaución en personas que reciben terapia anticoagulante.
Vitamina D
Los niveles bajos de vitamina D pueden asociarse con dolor generalizado. Algunas personas con fibromialgia tienen riesgo de insuficiencia de vitamina D y deben complementar con suplementos vitamina D para mantener niveles sanguíneos óptimos (40-100 ng/ml) durante todo el año. Como regla general, 1000 unidades de vitamina D elevarán los niveles séricos de vitamina D 25-(OH) en adultos aproximadamente 10 ng/ml.
Dosis: Los suplementos orales de colecalciferol (vitaminaD3) en forma de cápsula o líquido se pueden tomar para alcanzar un nivel de vitamina D de 25-(OH) durante todo el año de 40-100 ng / ml. Los niveles de vitamina D pueden ser más altos en los pacientes en el verano si tienen suficiente exposición de la piel a la luz solar, por lo que la dosis tendría que ser modificada o suspendida.
Precauciones: la vitamina D no debe usarse en personas que tienen hiperparatiroidismo o enfermedad granulomatosa, como la sarcoidosis, debido al mayor riesgo de hipercalcemia.
Magnesio
El magnesio puede ser útil para algunos pacientes con fibromialgia, debido a sus propiedades relajantes musculares. Deberemos asegurarnos de que se obtiene suficiente cantidad de magnesio a través de la dieta, ya que este mineral es esencial para el equilibrio del sistema nervioso y el buen funcionamiento muscular. Lo encontramos en los frutos secos, los cereales integrales, las legumbres y las hortalizas y frutas en general.
En suplemento, una dosis óptima se halla en torno a los 300-600 mg diarios.
Precauciones: en dosis muy altas, el magnesio puede causar calambres abdominales y una mayor frecuencia de las heces, lo que ayuda a los pacientes a reconocer cuándo están tomando demasiado.
S-adenosilmetionina
Este suplemento puede ser útil en personas para tratar los síntomas depresivos coexistentes. Es un compuesto de aminoácido que reduce las áreas dolorosas y mejora el ánimo. Aunque algunos estudios avalan su eficacia, su utilidad terapéutica en la fibromialgia es discutida. Por otra parte, es relativamente caro y no está libre de efectos secundarios e interacciones con fármacos.
Dosificación: la dosis recomendada es de 400-800 mg dos veces al día. Debido a los posibles efectos secundarios e interacciones con fármacos, es fundamental consultar con nuestro médico para iniciar un tratamiento con este.
Precauciones: puede actuar como un estimulante y no debe tomarse cerca de la hora de acostarse porque puede causar insomnio.
Fitoterapia: plantas medicinales
La fitoterapia es una disciplina terapéutica que se basa en el uso de plantas medicinales con fines curativos y preventivos. La fitoterapia aprovecha las propiedades y los principios activos presentes en las plantas para promover la salud y tratar diversas enfermedades, entre ellas enfermedades crónicas como la fibromialgia.
Según los estudios de fitoterapia con la fibromialgia, sabemos de la utilización de algunas plantas para aliviar los síntomas y reducir la recurrencia de los brotes. Estas plantas, tomadas con regularidad, reducen la inflamación y estimulan el sistema inmunitario y endocrino.
Cúrcuma (Curcuma longa) y jengibre (Zingiber officinale)
Usar la cúrcuma y el jengibre a la hora de cocinar nos ayudará como antiinflamatorio y modulador del dolor. La cúrcuma es la especia con mayor capacidad de inhibición del daño oxidativo; se ha visto que asociada a la soja y en caso de osteoartritis, puede duplicar sus efectos antiinflamatorios. El jengibre en infusión antes de las comidas facilita la digestión incluso en los estómagos mas delicados.
Precauciones: debido a que la cúrcuma y el jengibre tienen actividades inhibidoras de plaquetas, deben usarse con precaución en personas que toman terapia anticoagulante y deben suspenderse 2 semanas antes de los procedimientos quirúrgicos electivos. Ambos causan contracción de la vesícula biliar y pueden ser problemáticos en pacientes con cálculos biliares. El jengibre puede disminuir los niveles de glucosa en la sangre.
Boswellia (Boswellia serrata)
La Boswellia es una hierba ayurvédica, también conocida como incienso indio, se extrae del árbol Boswellia serrata, originario de la India y Oriente Medio. Tiene efectos antiinflamatorios e importantes propiedades antioxidantes. Diversas investigaciones han confirmado los beneficios para combatir diferentes dolencias: disminuye la inflamación, mejora la movilidad, reduce el dolor articular, mejora la circulación sanguínea, aumenta la fuerza muscular y ayuda a acelerar la cicatrización de heridas.
Precauciones: la inhibición de plaquetas y el aumento del riesgo de sangrado son posibles con la Boswellia. Debe suspenderse su consumo 2 semanas antes de una intervención quirúrgica.
Hierba de San Juan (Hypericum perforatum)
La hierba de San Juan o hipérico es una planta perenne de muchas ramas y flores color amarillo vivo que crece silvestre en muchas partes del mundo. Utilizada para mejorar el estado de ánimo, calmar la ansiedad, reducción de los procesos inflamatorios, facilita la digestión y favorece el sueño entre otros beneficios.
Precauciones: consultar con médico si se esta tomando medicación, ya que pueden bajar demasiado los niveles séricos mezclando con otros medicamentos. El hipérico puede aumentar la sensibilidad de la piel a la luz solar, lo que puede aumentar el riesgo de quemaduras solares y manchas en la piel.
Ginseng (Panax ginseng)
El ginseng es una planta del género panacea, del griego Panax, que significa “lo cura todo”. Esta es una planta estimulante que ayuda en la adaptación a situaciones de estrés, se usa para contrarrestar el cansancio y la ansiedad.
Precauciones: no usar en caso de padecer insomio y un uso abusivo puede provocar hipertensión.
Valeriana (Valeriana officinalis)
La valeriana es nativa de Europa y algunas partes de Asia, muy común en los bosques húmedos y al borde de corrientes de agua, desde las llanuras hasta las zonas submontañosas. Se ha utilizado tradicionalmente como sedante y relajante natural. Es adecuada si sufres problemas de sueño o sensación de no descanso.
Precauciones: si sufres una enfermedad hepática, no debes tomar valeriana, ya que te puede hacer sentir somnoliento, deberás evitar conducir o trabajar con maquinaria peligrosa después de tomarla.
Si estás buscando un naturópata profesional que te ayude a determinar cuáles son las mejores plantas en tu caso, puedes encontrarlo en nuestra consulta de Naturopatía. Y si quieres formarte como terapeuta especializado, te invitamos a que descubras nuestras formaciones: formación integral de Naturopatía y formación de Fitoterapia holística.
Terapias manuales para la fibromialgia: masajes y drenaje linfático
Una variedad de intervenciones corporales y masajes parecen afectar positivamente a la calidad de vida en personas con fibromialgia. Nosotros queremos destacar el masaje y el drenaje linfático manual.
El masaje terapéutico no ha de causar dolor; al contrario, su finalidad es disminuirlo. Para ello el tratamiento ha de ser muy suave, envolvente y adaptándose en cada momento al umbral del dolor que sufra la persona. La presión estará siempre muy controlada y las manipulaciones serán cuidadosas. Al fomentar la relajación y bajar el tono general del cuerpo, sentiremos menos dolor y mejoraremos en calidad y cantidad del sueño.
Es recomendable buscar un terapeuta que tenga experiencia en el tratamiento de personas con fibromialgia. Ellos estarán familiarizados con las técnicas de masaje más adecuadas para esta condición y podrán adaptar el tratamiento a tus necesidades específicas.
Algunos ejemplos de masajes que pueden ser adecuados para una persona con fibromialgia son:
- El masaje sueco. El masaje sueco es una técnica suave y relajante que se centra en el uso de movimientos largos y fluidos, así como en la aplicación de presión suave a moderada. Puede ayudar a relajar los músculos, mejorar la circulación y aliviar el estrés.
- El masaje de tejido profundo. Esta técnica se enfoca en los tejidos más profundos del cuerpo, utilizando presión más intensa y movimientos más lentos para trabajar en la liberación de tensiones musculares y puntos gatillo. Es importante que el terapeuta esté familiarizado con la sensibilidad y los límites de la persona con fibromialgia, adaptando la presión según sea necesario.
- La liberación miofascial. La técnica de liberación miofascial se centra en la manipulación de los tejidos conectivos (fascias) que rodean los músculos. Esta técnica puede ayudar a aliviar la tensión y la rigidez muscular asociada con la fibromialgia.
- Masaje de puntos de activación. Los puntos de activación son áreas hiperirritables en los músculos que pueden contribuir al dolor y la rigidez. El masaje de puntos de activación implica la aplicación de presión en estos puntos específicos para liberar la tensión y aliviar los síntomas.
Por otro lado, el drenaje linfático es una técnica terapéutica que se enfoca en estimular el sistema linfático para mejorar la circulación y el flujo linfático. El sistema linfático es responsable de eliminar toxinas, desechos y líquidos del cuerpo, y su correcto funcionamiento es esencial para mantener un equilibrio adecuado en el organismo. Sus manipulaciones son muy lentas y suaves, se siente como una caricia en el cuerpo, por lo que es muy indicado para la fibromialgia.
Como no tenemos un corazón en los pies que ayude al retorno venoso y de la linfa, así que hemos de ayudar a que se desatasquen los puntos obstruidos y se reduzca la inflamación de las zonas afectadas. En el caso de la fibromialgia, se ha observado que algunas personas experimentan una acumulación de líquidos y una disfunción en el sistema linfático, lo que puede contribuir a la sensación de inflamación, rigidez y dolor asociados con la enfermedad. El drenaje linfático también puede tener efectos relajantes y calmantes en el sistema nervioso, lo que puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño.
Auriculoterapia y acupuntura para la fibromialgia
La auriculoterapia y la acupuntura son dos de las terapias energéticas y holísticas más estudiadas en ensayos clínicos, ya que se emplean para muchos trastornos y circunstancias diferentes, como son el estrés, insomnio, alivio del dolor, diabetes, pérdida de peso, adicciones, etc. Se ha encontrado suficiente evidencia científica para considerar que resultan eficaces en muchos casos.
Estas disciplinas ayudan a equilibrar todos los sistemas del cuerpo humano. Con ellas se puede tratar el dolor físico, además de diferentes afecciones y estados emocionales.
Mediante la Auriculoterapia se estimulan algunos de los 110 puntos del pabellón auricular, cada uno de los cuales es el reflejo de un órgano o parte del cuerpo. La estimulación de los puntos reflejos se realiza mediante masajes, agujas, corrientes eléctricas, rayos láser, etc.
Algunos puntos habituales en el tratamiento de la fibromialgia con Auriculoterapia son: el punto Shenmen (un punto general para el estrés, el dolor y el equilibrio emocional), los puntos de la columna vertebral (para el tratamiento de problemas musculoesqueléticos, como el dolor de espalda) y el punto de la glándula pituitaria (para aliviar el dolor crónico).
Si quieres ampliar la información sobre esta terapia te recomendamos la lectura de estos artículos: Últimas evidencias cinetíficas de la auriculoterapia y Técnicas de auriculoterapia.
Par biomagnético para la fibromialgia
El biomagnetismo médico o Par Biomagnético es una terapia que se basa en el uso de imanes de mediana intensidad colocados en puntos específicos del cuerpo para restablecer el equilibrio energético y promover la salud. Esta técnica se fundamenta en la teoría de que muchas enfermedades y desequilibrios en el organismo están relacionados con la presencia de microorganismos patógenos y alteraciones en el pH del cuerpo.
En el caso de la fibromialgia, se cree que hay una relación entre la presencia de virus, bacterias y parásitos en el cuerpo y los síntomas asociados con la enfermedad. El Par Biomagnético busca detectar y corregir posibles desequilibrios magnéticos causados por la presencia de estos microorganismos, utilizando pares de imanes con polaridades opuestas colocados en puntos específicos del cuerpo.
Al restablecer el equilibrio energético y neutralizar la presencia de patógenos, se puede aliviar el dolor, reducir la inflamación y mejorar los síntomas de la fibromialgia.
En el IVATENA ofrecemos tanto la terapia de Par Biomagnético como la formación de Par Biomagnético nivel 1.
Recomendaciones finales para el dolor crónico en fibromialgia
Además de los cambios en el estilo de vida y aplicación de terapias que resultan beneficiosas para la fibromialgia, hay una serie de recomendaciones comunes que pueden ayudarnos a sobrellevar mejor esta condición.
- Usar calor de forma moderada al menos tres veces al día en las zonas donde sintamos un dolor continuo o más intenso.
- Evitar posturas antinaturales y observar la forma en la que nos sentamos en el día a día.
- Mantener una vida sana e intentar tener un peso saludable.
- Practicar ejercicio aeróbico moderado, teniendo en cuenta nuestras capacidades y limitaciones. Ir aumentando poco a poco la intensidad y duración en función de nuestra mejoría física.
- Disfrutar de un baño con agua tibia durante aproximadamente 15 minutos al día.
- Usar un calzado que nos resulte cómodo.
- Cuidar nuestro descanso, crear una rutina relajante a la hora de ir dormir. A esto puede ayudarnos la meditación y las técnicas de respiración.
- Evitar alcohol, tabaco y otros alimentos y sustancias que nos hagan sentir mal.
- Evitar esfuerzos excesivos.
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Nota Importante. Ninguna terapia puede convertirse en sustituto del diagnóstico y tratamiento del médico o profesional de la salud cualificado. El Instituto Valenciano de Terapias Naturales ofrece alternativas complementarias y nunca sustitutivas y no se responsabiliza del uso o mal entendimiento de estas. En nuestro equipo todos los profesionales se mueven dentro de esta filosofía y jamás se exceden de sus funciones a la hora de trabajar con una persona, estando sus técnicas dentro de la legalidad y atendiendo a las personas que hayan sido diagnosticadas previamente por un médico, advirtiendo que el programa de salud es un complemento y que nunca sustituye a las normas establecidas por el profesional sanitario correspondiente.

AROA FERNÁNDEZ FERRER
Codirectora del IVATENA
Codirectora del IVATENA. Naturópata higienista formada en distintas técnicas de desarrollo, mediación y crecimiento personal. Acompañante en procesos de cambio de hábitos y estilo de vida. Formadora especializada en alimentación energética y cocina saludable, vegana y vegetariana.
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