Desde hace milenios el ser humano ha vivido en gran armonía con los diversos ritmos de la naturaleza. Al objeto de asegurar su supervivencia, observaba con atención todo lo que le rodeaba y decidía lo que utilizaba para resolver sus necesidades sin ni siquiera preguntarse sus causas. Desde la revolución industrial nos hemos desplazado masivamente a las ciudades, dando la espalda a muchos de los recursos que la naturaleza nos ofrece y poniendo todas nuestras esperanzas en los avances tecnológicos como única manera de mejorar nuestra calidad de vida.
Sin embargo, la naturaleza y sus estímulos juegan un papel determinante en nuestro bienestar. Si agudizamos de nuevo nuestra atención frente a ella, podremos volver a recibir sus estímulos más positivos y encontrar el equilibrio. Vivir en equilibrio no significa, de ningún modo, obedecer ciegamente a todo lo que vamos a enumerar ni encorsetarnos en un calendario rígido de «hábitos saludables». Lo saludable es experimentar por nosotros mismos y escucharnos, hacer aquello que a nosotros nos va bien y practicar la flexibilidad en todos los ámbitos de nuestra vida.
Para vivir de forma equilibrada, la naturaleza nos ofrece innumerables apoyos: nos fortifica, calma nuestro sistema nervioso, y nos da el espacio para que nuestra propia fuerza vital reconduzca la situación de enfermedad y nos devuelva a nuestro estado natural, que es la salud plena. Te invitamos a descubrir de qué manera los estímulos naturales nos afectan. En este artículo vamos a centrarnos en tres de ellos: el bosque, el mar y el vapor de agua.
El bosque: efecto biofilia
La palabra biofilia proviene del griego y significa «amor a la vida». Lo acuñó el psicoterapeuta y filósofo Erich Fromm (1900-1980) para describir el anhelo que siente el hombre por convivir con la naturaleza.
Las plantas se comunican directamente con nuestro sistema inmunitario y con el inconsciente sin necesidad de tocarlas ni de ingerirlas. Esta fascinante relación que ahora la ciencia empieza a comprender es de gran importancia para la medicina y la psicoterapia. Nos sanan a través de una forma de comunicación biológica, que entiende nuestro sistema inmune, y se produce mayoritariamente a través de los terpenos, compuestos vegetales que desprenden las plantas para comunicarse con su entorno. Tenemos conocimiento de que el número de células NK (linfocitos del sistema inmune responsables de la defensa inmunitaria innata) aumenta de manera significativa al respirar aire del bosque, cargado de estos terpenos.
El bosque tiene además profundos efectos a nivel psicológico en las personas. Cuando estamos solos rodeados de plantas y animales, de hongos y microorganismos, en general, todos tienen algo en común: no nos juzgan y tampoco tienen pretensiones con respecto a nosotros, respecto a cómo somos o cómo dejamos de ser, sencillamente nos ensamblamos con ellos en una «red de vida» que todo lo rodea. Esto resulta liberador para una mente que ha sido entrenada para juzgar y que es sometida a juicio diariamente. Por otra parte, la belleza del bosque resulta también enormemente positiva para nuestro bienestar emocional y mental.
Para disfrutar de los beneficios que el bosque te ofrece, lo único que debes tener en cuenta es lo siguiente: es mejor si permaneces por lo menos dos horas en un entorno boscoso, para que su influencia se deje notar plenamente; después de la lluvia, o cuando hay niebla, en el aire flotan muchos de estos terpenos saludables.
Por último, el verano es la mejor estación, pues la concentración de terpenos llega a su máximo. Acudamos al bosque todo lo que podamos. Dejemos atrás nuestro «yo digital» por unos momentos y vayamos en busca de quienes somos, al encuentro con todo lo vivo que nos rodea en el medio natural.
Si no tenemos la posibilidad de acudir al bosque tanto como nos gustaría, el cuidado de las plantas dentro del hogar también tiene un gran potencial sanador, especialmente considerando la cantidad de sustancias químicas a las que están expuestos nuestros hogares.
Las plantas con las que entramos en contacto y de las que cuidamos cuidan también de nosotros: purifican el aire, oxigenan y nos conectan con la naturaleza. Plantas como el aloe vera eliminan toxinas como el formaldehído y el benceno; el poto se encarga del xileno, formaldehído y el benceno; la cinta, o planta araña, elimina el monóxido de carbono y xileno; y la cola de lagarto o lengua de suegra produce mucho oxígeno y elimina benceno, formaldehído, tricloroetileno, xileno y tolueno.El mar: talasoterapia
La talasoterapia se basa en el uso de diferentes medios marinos juntos o por separado (agua de mar, algas, barro y otras sustancias extraídas del mar) y del mar y del clima marino como agentes terapéuticos. Las curas basadas en la utilización de los beneficios del agua marina han sido utilizadas desde la Antigüedad. Hipócrates, padre de la medicina moderna, aseguraba que el mar combatía todas las enfermedades del hombre. Es en este principio en el que se basa la talasoterapia.
Existen decenas de terapias relacionadas con el mar, el agua marina, las algas, los lodos el fango e incluso la arena. En este breve espacio nos vamos a centrar exclusivamente en el baño y el clima marino, en primera instancia porque la mayoría de personas podemos tener un acceso fácil y económico al mar, sobre todo aquellos que vivimos en zonas costeras; y en segundo lugar, porque este estímulo natural, por sí solo y sin ningún complemento, modificación o aplicación concreta, redunda en enormes beneficios terapéuticos.
Al sumergirnos en el mar, encontramos el bienestar debido a estos tres factores: la salinidad, el oleaje y las corrientes y la inmersión. La salinidad, con una importante presencia de cloruros, carbonatos y sulfatos (además de la presencia de yodo), produce un efecto estimulante en el cuerpo y un aumento de las funciones hematopoyéticas, mejorando la capacidad de respuesta y actuando como tonificante general. El oleaje, las corrientes y la marea alteran la concentración de fosfatos, nitratos y carbonatos que se encuentran en las orillas de las playas. El oleaje, por acción del viento, arrastra al cuerpo hacia dentro de manera centrípeta, y ante este oleaje ejercemos una resistencia para no dejarnos arrastrar: esto permite el fortalecimiento de la misma, además de tonificar el cuerpo con un micromasaje que provoca sensación de bienestar y estimula la psicomotricidad del individuo.
La inmersión en el agua produce sensación de frío debido al contraste de temperatura, lo que estimula los receptores cutáneos y permite que tenga lugar la vasoconstricción periférica, acompañada de una vasodilatación interna compensatoria que proporciona mayor concentración de oxígeno y nutrientes a los tejidos. La inmersión debe ser breve para evitar enfriarnos más allá de lo que nuestro sistema puede regular. Es muy sencillo medirlo: la inmersión debe ser placentera, no dolorosa, y debemos salir antes de empezar a sentir escalofríos. Se recomienda entrar varias veces en el agua, pero por periodos cortos.
Como siempre que vayamos a iniciar cualquier tratamiento, por natural y inocuo que sea, debemos consultar con un profesional de la salud, que podrá evaluar la interacción entre la nueva terapia que queremos realizar y nuestro estado de salud y las terapias que ya hemos puesto en marcha. Te recomendamos que consultes con tu médico antes de empezar cualquier proceso de talasoterapia, sobre todo en el caso de estas contraindicaciones: infecciones agudas, fiebre; afectaciones intestinales graves; otitis; hipertiroidismo; hiperexcitabilidad; procesos reumatológicos agudos; enfermedades psiquiátricas en brote.El vapor de agua: baño de vapor fitotarapéutico
Los seres vivos no estamos preparados para estar en contacto con la gran cantidad de sustancias químicas creadas en los últimos años. Esto debido a que nuestro organismo ni ha tenido tiempo de adaptarse ni puede tolerar un gran volumen de estrés ambiental sin que tenga consecuencias en su salud. ¿Cómo limpiar nuestro cuerpo de toda esta contaminación?
El uso de los baños de vapor es una costumbre que se practica desde la antigüedad. Su poder medicinal se basa en la producción de un aumento de la temperatura. Ya lo decía Hipócrates: «Dame una fiebre y puedo curar cualquier enfermedad», y es eso precisamente lo que producen este tipo de saunas, una especie de «fiebre» en la que los vasos sanguíneos se dilatan y se favorece el bombeo del corazón y la excreción de sustancias tóxicas por el cuerpo.
Nuestro organismo tiene la capacidad de desintoxicarse a través de pulmón, colon, vejiga y piel. Cada uno de estos órganos desempeña un papel único para eliminar un tipo de residuo. El baño de vapor es un tratamiento que incide sobre todos los sistemas que regulan nuestro organismo: estimula el sistema linfático (cada litro de sudor que se pierde en esta sauna es el equivalente al trabajo que realiza el riñón en varios días); tonifica e hidrata la piel; desobstruye y libera las vías respiratorias; aumenta la circulación sanguínea, y relaja y estimula el organismo, contribuyendo a tratar dolencias y trastornos como el estrés, el insomnio, la tensión nerviosa…
Si, además, combinamos el vapor con la fitoterapia en una sauna fitoterapéutica, sus beneficios serán mucho mayores: cuando nuestro cuerpo se somete en la sauna a un alto grado de calor, los poros de la piel se dilatan y se produce el fenómeno fisiológico que denominamos osmosis, que expulsa y elimina las toxinas a la vez que recibe y absorbe las propiedades de las plantas.
En casa podemos calentar agua (3-5 litros) en una olla y agregarle plantas medicinales para hacer un vaho casero: romero y cúrcuma para el reuma, tomillo para la bronquitis, eucalipto como antiséptico respiratorio, regaliz y tomillo como expectorantes y mucolíticos, llantén y malva como antitusivas… El procedimiento es sencillo: siéntate frente a la olla tapada, cubriendo la cabeza y el cuello con una toalla, e inhala destapando poco a poco la olla, respirando por nariz y boca. Cierra la toalla para que no se escape el vapor, pero sin ajustarla mucho para evitar quemarte. Repite varias veces durante 10-20 minutos. Al acabar el baño de vapor puedes aplicar, frotando un poco, agua fresca sobre la zona húmeda, para crear contraste y estimular la piel. Sécate y abrígate bien.
Todos los remedios que te hemos ofrecido aquí son beneficiosos para todo el mundo, con las oportunas excepciones. Hablamos en términos generales, por lo tanto, tanto en nuestra aplicación personal como en nuestro trabajo como naturópatas hemos de valorar siempre la salud de la persona a la que vamos a recomendar cualquiera de estas prácticas. Todos los remedios y estímulos que hemos repasado son un tratamiento reconocido como remedio universal, puesto que se pueden emplear prácticamente en todos los casos y por todo tipo de personas, pero hemos de ser muy conscientes de que aislados no funcionan del todo; es decir, cada estímulo ha de ir acompañado de una alimentación sana, ejercicio, y demás hábitos saludables sin transgredir las leyes de la salud a nivel físico, mental-emocional y espiritual. El ser humano no puede ser disociado y ha de ser contemplado siempre bajo estos tres aspectos: cuerpo, mente y espíritu.
En el IVATENA creemos importante recordar todo lo que se encuentra a nuestro alcance, en el medio natural, en muchos casos sin coste alguno y sin contraindicaciones. Es posible que gran parte de las afecciones que sufrimos hoy en día se deban a nuestra desconexión de la naturaleza, y por lo tanto lo más sabio sería volver a reunirnos con ella a través de sus muchas formas.Seminarios de Salud Geoambiental
Los seminarios de Salud Geoambiental se imparten dentro de formaciones como Naturopatía y están abiertos a todas aquellas personas que estén interesadas en realizarlos, aunque no formen parte de la formación.
Si estás interesado en realizar un seminario, no dudes en contactarnos y te informaremos de las fechas de los siguientes seminarios.
Te esperamos.

ISABEL LLANO BLANCO
Codirectora del IVATENA
Naturópata con especialidad en estímulos naturales, higienismo, flores de Bach y tóxicos ambientales. Facilitadora de Constelaciones Familiares. Realiza talleres de Constelaciones. Especializada en Salud Geoambiental titulada por el Instituto para la Salud Geoambiental y la Escuela de Salud Integrativa. Imparte formación de Constelaciones, Salud Geoambiental y Estímulos Naturales.
¿QUIERES SABER MÁS O APUNTARTE?
Escoge la opción que más te guste: email o teléfono. Estaremos encantados de ayudarte.
Suscríbete a nuestra Newsletter