La energía sexual en la pareja: mejora tus relaciones aprendiendo cómo funciona

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Es un hecho que casi todas las parejas que ya llevan un tiempo juntas ven disminuida su vida sexual y también su placer. Es tan común que lo hemos asumido como normal y entendemos que esto es lo que ha de pasar.

Nos contamos cosas como que las relaciones evolucionan de más y mejor sexo a menos y peor porque “el amor se transforma”, porque “nunca puede ser lo mismo al principio que ahora”, etc. No digo que no haya una parte de realidad en esto, es cierto que se transforma, todo se transforma; pero, una relación duradera y que nos satisface, ¿no debería llevarnos de manera natural a conocernos más sexualmente y por tanto a disfrutarnos más, con mayor nivel de profundidad e intimidad?

Nos creemos y nos contamos lo contrario, nos conformamos con pensar que la chispa se apaga porque es lo normal, que ya no hay atracción porque eso es propio de los principios; y mientras nos lo decimos, evitamos el dolor que nos produce ver que nuestra vida sexual en pareja no nos satisface.

Mientras nos creemos que esto es lo normal, no hacemos nada para cambiarlo, hasta que la insatisfacción sexual es tan grande que empieza a generarnos un conflicto, normalmente primero interno y luego externo, con la pareja.

En este punto pueden comenzar los problemas más visibles. Dejamos de sentir atracción por el otro, no tenemos motivación para el sexo y nos vamos distanciando poco a poco. Con el tiempo, pueden hacer acto de aparición problemas sexuales más específicos: bajo deseo, dificultades para el orgasmo, eyaculación retardada, problemas de erección y un largo etcétera.

En la consulta de Terapia sexual de pareja veo continuamente casos en los que no se sabe por qué la situación ha llegado a desembocar en dificultades sexuales que dañan la relación y sobre las que pesan tantas emociones asociadas, tanto malestar, que las parejas no tienen perspectiva de lo que está sucediendo.

En este punto, ayuda muchísimo entender las relaciones sexuales desde una visión energética. El tantra y el taoísmo han contemplado la sexualidad desde un lugar muy distinto al nuestro y absolutamente complementario. Para estas tradiciones orientales, la vida en sí es un intercambio constante de energía, y por supuesto, el sexo también.

El principio más esencial del tantra es que la energía masculina y femenina son fuerzas idénticas y opuestas. Esto hace que se atraigan y se complementen entre sí, como en el Yin y el Yang.

Cada cuerpo tiene la facultad de generar energía sexual propia. Para ello poseemos dos polos a través de los que se crea, circula y expande la energía: uno positivo, Yang, y uno negativo, Yin.

En esto hombres y mujeres somos distintos. Los hombres son esencialmente positivos o Yang, mientras que las mujeres somos esencialmente negativas o Yin. Entendemos positivo o negativo en términos de energía que se emana o que se recibe principalmente, no en términos calificativos. Aunque nuestra tendencia sea más Yin o más Yang, ambos sexos tenemos ambas polaridades de la energía.

Cada polaridad, Yin Yang, tiene muchas características propias y complementarias entre sí. Es importante asumir que tanto hombres como mujeres tenemos ambos polos de la energía funcionando a la vez dentro de nosotros y simultáneamente con el otro cuando nos relacionamos. En el tantra se dice que cada mujer tiene un hombre interior y cada hombre, una mujer interior que sirve de contrapunto para su equilibrio.

Se hace apasionante contemplar las relaciones y el sexo en estos términos. Yin y Yang son los dos polos de una misma energía que están en continua comunicación, en un baile eterno que posibilita la vida. El sexo se torna así un lenguaje sagrado. Empezar a escucharlo, entenderlo y practicarlo nos convierte en mejores amantes.

¿Cómo funciona la polaridad en la sexualidad?

Dentro de cada ser humano, entre su polo más Yin y su polo más Yang, su negativo y su positivo, se forma un campo magnético que hace que la energía sexual se mueva en espiral a través del cuerpo.

Cuando un hombre y una mujer se unen haciendo el amor, las bioenergías de sus cuerpos los llevan al éxtasis a través de la acción recíproca de sus polaridades opuestas. Se produce un circuito de energía entre los dos, un intercambio que suma y suma energía.

El polo más Yang de los hombres es su zona genital, mientras que esta zona, en las mujeres, es la más Yin. Si el magnetismo entre los dos funciona bien, los cuerpos se atraen como dos imanes y lo Yin puede recibir a lo Yang. En esa unión comienza a circular la energía.

La buena noticia es que, si la polaridad está equilibrada en su interior y entre ellos, esto sucede de manera natural sin que tengan que hacer nada. La mala es que el condicionamiento sexual en el que vivimos ha empañado la polaridad natural. Desde la visión del tantra, nuestra manera de entender y practicar el sexo nos ha llevado a un estado en el que los polos internos están cubiertos de "suciedad".

El esfuerzo y la actividad que desplegamos al hacer el amor crean calor por fricción, una pantalla de sobrecarga, de electricidad estática, que trastorna nuestros genitales y hace que la energía sea incapaz de responder en su movimiento natural. Las prisas por llegar al orgasmo y los frotamientos constantes como manera principal de estimulación, son parte de las prácticas que han trastocado nuestra polaridad. A esto tenemos que sumar la cantidad de pensamientos que tenemos mientras practicamos sexo, que nos alejan de estar en una actitud de presencia plena. En el caso de las mujeres, esto contribuye negativamente al placer, en cuanto a que no permitimos la relajación, propia de lo Yin, y en el caso de los hombres, suele llevar a una ansiedad de ejecución y consecución de orgasmo que llena de acción el momento y que exacerba el Yang hasta convertirlo en un fuego que arrasa más que en un fuego que calienta lo Yin paulatinamente, permitiendo sus propios tiempos, hasta llegar a la ebullición.

¿Cómo saber si nuestra energía sexual está equilibrada?

Lo más normal es que no nos demos ni cuenta de que nuestros polos no funcionan bien, porque hemos vivido un tipo de sexualidad que los ha trastocado y porque las prácticas dentro de la relación, con el tiempo, contribuyen a incrementar este desequilibrio.

Es muy diferente cuando la polaridad está equilibrada y los dos cuerpos, femenino y masculino, se comportan como dos imanes capaces de crear un campo magnético de atracción al estar próximos.

Seguro que también has experimentado esto. Sucede en esos momentos en los que, por ejemplo, miras a tu pareja y sientes una irremediable atracción que te hace querer tocarla, unir tu piel a la suya, y no sabes ni de dónde ni por qué ha venido eso, ¡porque ni siquiera estás en un contexto que pueda favorecer esa actitud!

Puedes notar también el buen funcionamiento de la polaridad en los encuentros sexuales que han sido muy armónicos y placenteros entre los dos, con esa sensación de fluidez en la que un momento daba paso al otro de manera sencilla y en la que el orgasmo os ha pillado por sorpresa. En estos casos de juego equilibrado, se produce un movimiento espontáneo de la energía hacia dentro y hacia arriba, esto es que la energía se está moviendo de acuerdo a su polaridad innata.

Restablecida la polaridad en la pareja, se desarrolla un estado innato de atracción, una inteligencia superior entre los cuerpos, de naturaleza orgánica y magnética, que va reforzándose con el tiempo. Cada vez necesitamos menos esfuerzos para hacer el amor, experimentamos facilidad y ligereza cuando tenemos sexo, y después, esta sensación se alarga en el tiempo. No sentimos que el encuentro nos ha dejado vacíos de energía, sino llenos.

En definitiva, cuando la polaridad Yin Yang está restablecida en nuestro interior y en nuestra relación de pareja, hablamos fluido el lenguaje del amor y no necesitamos fijarnos tanto en el hacer cuando estamos teniendo sexo, sino en el ser.

Este mes de febrero tienes ocasión para conocer el funcionamiento de tu energía y, sobre todo, saber cómo equilibrar vuestro Yin y vuestro Yang para disfrutar del sexo desde una nueva perspectiva.

El taller Yin Yang: el Lenguaje de los Amantes se realizará en dos fechas, 14 y 17 de febrero de 16.30 a 20.30.

¡Nos hemos propuesto celebrar el amor por todo lo alto! Si quieres más información para venir con tu pareja o hacerle –y hacerte– el mejor regalo de San Valentín, aquí te dejamos el link con toda la información sobre el taller.


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Sexóloga

Lucía Abellán

Coach y Sexóloga por la Universidad de Valencia. Terapeuta de pareja. Especializada en procesos para recuperar el deseo sexual.

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