Todos huimos de sentir culpa y miedo. Esos sentimientos que comienzan a surgir cuando nos creemos separados de la fuente y nos comenzamos a identificar con la mente del ego, abandonamos nuestra inocencia y fabricamos pensamientos desde una parte de nosotros que se piensa separada de Dios.

Este estado de vulnerabilidad dio lugar a una mente errónea, sin educar, que comenzó a generar pensamientos equivocados sobre sí misma. Esta parte de nuestra mente reactiva tomó las riendas de nuestra vida y ahora, a través de la Terapia de Un Curso de Milagros, podemos comenzar a tomar la responsabilidad de los juicios que esta parte egóica realizó, y llevarlos a la expiación de la mano del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es esa parte que sirve de nexo entre nosotros y Dios, es quien nos permite situarnos en nuestra mente sanada, recta, pura, unida, permitiéndonos experimentar paz en lugar de miedo.

Dios no es el creador del miedo.
El autor del miedo eres tú.
Has elegido crear de forma diferente a como crea Él, y, por lo tanto,
has hecho posible el que puedas tener miedo.
No estás en paz porque no estás desempeñando tu función.
Dios te concedió una función muy elevada, no estás llevándola a cabo.
Tu ego ha elegido estar aterrorizado en vez de llevarla a cabo.

(UCDM T-4.I.9.1-6)

Es el momento de hacer aquello para lo que fuimos llamados, perdonar, perdonarnos, recuperar la causa o juicio que realizamos y llevarla junto al Espíritu Santo para así disolver los efectos que experimentamos actualmente como efecto de esos pensamientos equivocados.

Cada pensamiento que tuvimos erróneamente sobre nuestros hermanos o sobre nosotros mismos está fabricando una versión errónea del mundo que vivimos.

La Terapia de UCDM es la herramienta a través de la cual permites al Espíritu Santo que disuelva el error, lo lleve a la expiación, eliminando así el pensamiento errado, recuperando el verdadero sentimiento de divinidad interna.

Cuando utilizamos nuestros errores o de los demás para condenar o condenarnos estamos dándole realidad a este sueño del que queremos despertar.

Utilizar la Terapia de UCDM es comenzar a responsabilizarte de tu propia creación. Liberar y liberarte de la culpa es soltar el victimismo y aceptar la inocencia de todos tus hermanos y la tuya propia.

Si te sigues sintiendo culpable
es porque tu ego está al mando,
ya que solo el ego puede experimentar culpabilidad.

(UCDM T-14.III.3.3-9)

Todo este proceso nos encamina a una nueva visión del perdón. Es un proceso de reencuentro con la inocencia que somos, nosotros y nuestros hermanos. Nuestra responsabilidad es reeducar la mente errónea y dar permiso al Espíritu Santo para conducirnos a una nueva percepción que nos lleve a la paz.

Recibir esta terapia del espíritu es asumir la autoría de los juicios que un día fueron la causa de lo que ahora vivimos, disolver el juicio para llevarlo a la expiación y permitir que la voz de Dios vuelva a ocupar la verdad en nuestra mente.